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Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt Jue Dic 09, 2010 2:55 am

El nombre divino del amor



VIAJE POR EL REZO

Si tuviera
podríamos cambiar de religión
meternos en un barril lleno de aceite
aprender el lenguaje de las flores
saber cómo se llora en marte.
No sé cómo se fundan
las cosas importantes como ésa.
Y hay tantas otras cosas más
que ignoro
No sé cómo se evita emborracharse
cómo sueñan el amor los sacerdotes
por qué se suicidan
los insectos.
(Ahora me doy cuenta
de que la naturaleza no estaba
preparada para los
inexpugnables faroles)
No tengo religión
pero quisiera cambiar de algo
de verdad podríamos hacerlo
¿Quién inventa las cosas importantes
Quién anda instituyendo los profetas
Quién decidió las alas del gusano?
¿y el instinto de beso en los sonidos?
No es que quiera
cambiarme las desconocidas raíces
Es que contigo podría hacer un viaje
por el polen, arrojarme a un cielo
subalterno por la boca de un sapo
enamorado. Remontarme por el aire
con mis párpados por únicas alas.
Derrotar todos los dogmas de la
arquitectura universal.
Podríamos invitar a un ateo
imaginario a fusilarnos con burbujas
de sonido hasta dejarnos huecos
como una llama.
O hacer un viaje por el rezo. Para
eso sería necesario que nos escondiéramos
en un molino apretando los dientes
para no gritar cuando la piedra nos
enreda con la harina. Nuestras
manos juntas serán el mismo grano
después tal vez nos harían pan
lingote cereal, ladrillo, altar
del hambre y con forma de
luna un poco amapolada
en alguna suburbana iglesia
nos repartirían. Tal vez nos
tocará esa vieja, la que reza
casi con afán. Descenderemos
por su esófago (sabremos
casi algo de los hormigueros)
y veremos el corazón de la fe
el pabilo que sostiene historias
el pedestal de tantas guerras.
Después, un poco como los feligreses
saldremos del recinto sagrado
y nos dirigiremos a los andenes
suburbiales empujados por
la corriente de la derrota.
Allí habrá un túnel mucho
más oscuro.
La salida será lo más difícil.
Creo que prefiero no cambiar de
religión, quedarme con mis palomas
y mis trasnoches de páginas.




ALFARERO SIDERAL

Quisiera cada gesto innumerable de las
moscas
cada mínimo amor de este planeta
cada polen de arroz
cada hormiguero
cada lluvia que se enguanta por la tierra
cada rayo de luna en el océano
cada faro derretido bajo el agua
la hondura total de las insondables cuevas
cada beso fugaz de cada boca
cada constelación de saliva que destella
cada arruga dactilar
en las piedras colosales de las cordilleras
cada rayo cayendo cada brasa
cada escama de ceniza cada huella
el número total del desarrollo
la molienda de las olas, cada ala
cada cosa en fin para ponerla
desnuda e infinita como harina
en tu cuerpo y tu alma y en tus piernas
en tu memoria hasta el éxtasis que huye
y se agazapa
a cada gramo cada instante de tu vida
para que sepas el completo abecedario
de planetas de sal y de rugidos
de gemidos de galope y de colmena
con que junto a tu nombre catarata
construyo el del amor como alfarero
sideral en esta pieza.




ILUMINACIÓN VACÍA

Desmantelando naranjas
demoliendo pianos
triturando caracoles
como a fetos de flautas
voy y vengo entre pies
e iluminación vacía
besando la íntima piel de algún espejo
con reflejos de lenguajes diferentes
De esta peregrinación por el aire
de esta torre de saliva
se pueden decir tantas cosas
tiene tantos nombres la soledad

Y el tuyo, el más atroz




EMPRENDO LA TINTA

Nunca tengo palabras en la mano
cuando emprendo la tinta.
Es como agitar un árbol
para que caigan los frutos
agazapados en mi saliva
Y siempre cae tu nombre
que maduro a gritos
con la savia en pie.




YO NO QUIERO MORIR ESTA LOCURA

Ésta no será una depuesta golondrina
una rendida hora de resurrección originaria
yo no quiero morir esta locura
no quiero callarme estos otros silencios
ni descalzarme estas distancias
que mojan mis pies de otras partidas
No. quiero quedarme contigo
hasta ti traje mis últimos zapatos
y mi descanso definitivo.




ESTE ÉXODO DE PALABRAS TE BUSCA

Con cercenadas pupilas
y voz degollada
con el aliento encallado
en desertados lenguajes
este éxodo de palabras te busca
Y recorre este desértico silencio
como una caravana de flores y suspiros
que se hunde en un horizonte imaginario.




SIEMPRE HE ESTADO CONTIGO

En este sitio donde el tiempo es otro
uno cualquiera
algunas imaginarias piedras
y extraviadas voces
y jardines de fatigadas cabelleras
y extenuadas ventanas atrapándome
En este sitio de ayer y de mañana
donde hoy somos apenas una sospecha
donde nos adivina el aire
y nos corta las manos
la humedad de la madera
en este escenario
que es el mismo de siempre
uno de tantos
siempre he estado contigo, amor
ahora que te conozco




UN GESTO DE LA PIEL O DEL ALIENTO

Porque escribo más que nunca
y mis manos son copiosamente
sé que te amo
y por tantas otras cosas
que mi boca dice a veces. (y otras callo)
qué duda cabe de que el amor
es a veces, también un gesto de la piel
o del aliento.
pero no es sólo el hambre repartido
ni ciertos plenilunios dolorosos
ni cierta luminosidad de flores
es nuestra medida
de repente todas las raíces de la memoria
congregadas en la imagen amada
qué duda cabe de que te amo?!




EL PAÍS HUNDIDO DE TUS OJOS

Me miro constantemente a los espejos
ahora que estoy solo
para tener quizás algo de tus ojos
algo tuyo, algo parecido a tus recuerdos
Pero cuando te pienso
no es mi rostro
ni mi cuerpo turbio y silencioso
el que encuentro.
Sin embargo sé
que cada veta de mi piel
cada hoja de mi pelo sin pájaros
será el país hundido de tus ojos
cueva enterrada de despojos
y a veces el vacío y el silencio de tus manos.




NECESITO VERTE AUNQUE SEA EN ESTA PÁGINA

No tengo paciencia para quedarme dormido
los sueños revolotean asustados sin posarse
mejor prendo la luz, enciendo mi garganta
necesito verte aunque sea en esta página.




SÉ QUE HAY UN RÍO COMO UN PUMA DERRETIDO

Yo no conozco esta tierra
he visto su retrato verde en los mapas
sé que hay un río como un puma derretido
que se echa constantemente en el mar.
He visto de pasada algunas casas
algunas esbeltas palmeras, unos faros
unas calles que son siempre las mismas
Tanta gente que no es extranjera
se diría que la memoria
les creció aquí como los frutos
de una planta cualquiera
Ya no me asustan las ciudades como ésta
No me importa dónde tienen la mirada
no tengo miedo de sus policías
y hasta me dan un poco de ternura
sus escuelas y sus hospitales.
yo no conozco esta ciudad de nadies
Pero hay otra que tampoco conocía
donde andaban retrasados mis recuerdos
esperando que yo los recogiera.
Amor, yo te encontré en una ciudad
ya no le tengo miedo a estas ciudades
y me parece que no voy a volver a decir
ni la palabra nunca ni la palabra nadie.




MI LLAGA DE CAMINOS

Rindo la poesía, depongo mi costra
de horizontes, mi llaga de caminos
aprendo tu nombre y descubro
que siempre he tenido boca.




MI CORAZÓN HIZO AGUA

Para contarte esta historia hijo mío
tendría que esperar que te cuelgue
la mirada
que llevaras algunos olvidos
algunas puertas cerradas en el alma

No puedo imaginarme tu cabeza
tu mano que tendría algo de mapa
tu estatura tu voz un poco llena
de las cosas que llevaras clavadas.

Elegiríamos un árbol una piedra
sería tal vez una mañana
nos sentaríamos como dos cosas viejas
dejando que el silencio nos hablara.

Tiraríamos pedradas sin destino
hablaríamos de las nubes o del viento
—esas nubes sí las imagino—
yo olvidaría hablarte de estos versos.

¿Cómo decirte que llevamos algo roto
que el amor a veces se disipa
que se secan las manos y los ojos
que todo lo invade la ceniza?

Cómo habría de explicarte cada noche
cada foto cada muerte de memoria
explicarte que me fui sin donde
a cambiarme de zapatos y de historia

Cómo explicarte que mi corazón hizo agua
que le entró la noche hasta el hastío
Tiraría tal vez otras pedradas
Miraría a los ojos al vacío.

Y después te lo diría todo
de una sola llave de una sola agua
te abriría mi corazón de lodo
y te daría a beber todas mis lámparas.

Te diría su nombre de casi catarata
te contaría sus ojos de panales
y usaría palabras no estrenadas
para contarte su alma de trigales.

Yo no sé dónde está ese árbol protegiendo
el primer día de nuestras raíces
el momento de mirarnos a un espejo
sin buscar ni frases ni matices.

Ese día tal vez un poco ronco
te pediría inaugurar ciertos olvidos:
Cambiar el nombre obligatorio
del padre por el de un amigo.

Ahora ya zarpo de esta historia
para no anticiparme a mi memoria
y a mis pasos, antes del camino.




LA CINTURA DEL SILENCIO

Mi garganta aprieta

La cintura del silencio
como una espada rota
como un perro muerto
Ya no puedo esconderme
del asedio del espejo
debo poner sobre la mesa
los antes y los lejos




QUE EL AMOR NO APRENDA A TENER ASCO

Voy a escribir un verso con la palabra caca
el amor me lo indulta con una flor mojada
Pero para darte mi vida hecha poema
debo poner en él también las cosas muertas
Es la única manera de guardarnos
de que el amor no aprenda a tener asco
He escrito un verso con una palabra muerta
he dejado al silencio detrás de la puerta
Y ya no necesito escribir otras palabras macabras
una sola nos basta como una lámpara
Podemos ya indemnes caminar entre los pastos
inmunes al silencio con florecidos pasos.
Y echar este verso a la basura
con el aliento limpio de gaviota y altura.




ESTATUA DE MUJER

Tú, toda fulgor
cuerpo de totales melodías
mirada de canción
olor de fruta improvisada
estatua del amor,
yo con los ojos en voz alta
un poco de carbón
como un barco que te atraca,
sonreímos los dos.




LA HEBRA DE RELÁMPAGO

Me estaba peinando ante el espejo
y como un pez, sospechado entre la sumersión
y la espesura, una cana brilló su hebra de
relámpago.
Empecé a deletrear mechones hasta tenerla
firmemente entre mi pulgar y mi índice.
Cuando ya estaba por dar el tirón suicida,
me detuve. Decidí no cambiar de nombre,
no empezar una careta minuciosa. Decidí
no ser otra persona.




ALTA MAR DE PÁGINAS

I

travesía, a verso traviesa
a recuerdo traviesa


II

A noche traviesa
como un oscuro jinete
A verso traviesa
como un ciego demente
Alta mar de páginas
marejada en las sienes
pleniluna tu cara
y tu distancia llueve.




EL RITO DE AMARTE QUE ME ARRASTRA

A veces me despierta una amapola
a veces me horada una campana
a veces me lava la cara una ventana
y otras veces me encierra entre sus páginas la aurora

Yo no tengo la conducta preparada
de los ríos de estiradas cicatrices
A veces soy (voy) la nieve que se derrite
y otras veces me quedo hecho montaña

A veces me ilumina una naranja
o me convence con rincones la tiniebla
y ando buscándome entre la niebla
hasta que una flauta inesperada me apuñala

Pero de todas mis conductas planetarias
de mi espesa diversidad de selva
hay una constante y siempre nueva
el rito de amarte que me arrastra

por flores y por piedras y palabras
por los mismos nombres de la tierra
y en cada cosa se renueva
como mil tardes diferentes en el agua.




EL RINCÓN MÁS LÚGUBRE DEL MIEDO

Esta noche es toda de pupila
es mi mínima estatura que rebota
contra el parche celeste que me azota
me desangra me pisa y me destila
El silencio me acorrala y me vigila
y el vacío con desenfrenada bota
me pisa la garganta rota
y me arroja a una lágrima y me exila

Al rincón más lúgubre del miedo.
Mis ojos se caen derretidos
mis manos se evaporan y me traicionan
y la tiniebla me escarba con candente dedo
el silencio me clava un implacable alarido
Y todo se va. Sólo las ratas se demoran.




EL AMOR ES IGUAL A SU SOSPECHA

Antes estaba hecho de peligros
veía con bastón como un murciélago
y andaba con actitud cavernosa
ensuciando con mi sonido la mañana.
No sé cómo pero de repente
habías estado siempre en algún sitio
Y llegaste y sin preguntarme un solo pájaro
me lavaste las cuevas de mi cara
me llevaste de la mano hasta un espejo
y dibujaste un dios que sonreía.
no me importa ya quién soy ni quién he
muerto
así está bien, los nombres se acomodan
el amor es igual a su sospecha
porque tú te pareces a mis sueños.
Ahora hasta las moscas se me atreven
y hasta veo correr por la mañana
al aire enamorado del sonido
haciendo el amor con las abejas.
Así está bien, ya puedo mirar a cada gato
sin que huya incendiado de mis ojos
y paso por los hondos cementerios
sin ver otras cosas que jardines
Así está bien, amor, gracias por mí.




UNA SÁBANA CONSAGRADA

No quiero apurar estos cuadernos
Son la medida preparada de mi historia
Cada página que paso es una despedida
una sábana consagrada
donde hemos estado juntos.
Conozco el dolor de abandonar habitaciones
que no serán nunca las mismas.
No quiero terminar estos cuadernos.
no quiero conocer toda la tierra.
quiero siempre una isla de sorpresas
una flor aún de raza súbita imprevista
para ponerla bien temprano al lado tuyo
en tu almohada tal vez y despertarte.
No quiero apurar estos cuadernos.
Pero tengo tanto que decirte
tanto tengo para recuperarnos.
No importan todas las cosas desconocidas
lo que no hemos hecho estando juntos
Basta que estemos de la mano
todo es posible y suficiente
Pero no quiero terminar estos cuadernos.




QUIERO HUIR DE TODO, ESO ES TODO

No busco por la geografía del poema
una palabra especial como una mina
no quiero fundar una ciudad de palomas
no quiero establecer la boca del silencio
Quiero huir de todo, eso es todo
y esconderme con tu nombre en una ceguera
inexpugnable
y dormir allí para soñarnos.




EMPAPADO DE TINIEBLAS

Como, me lavo las manos
sonrío desde algunos reflejos
acomodo páginas y escondo
algunas fotos en cajones terribles
Voy a irremediables sitios
y vuelvo empapado de tinieblas
y me arrojo de boca a estos renglones.
Todo lo que hago tiene tu ausencia.




MORTALMENTE VIVO

Es de nuevo la hora de mis manos
solas como alas en un continente olvidado
es de nuevo la hora de mis horas
como un viento herido por ruinas y restos de
batalla
Es de nuevo la tristeza esa de ser y de morir
de amar mortalmente vivo, de reír al galope
con la lengua en llamarada
goteando pájaros y arreciando muerte
escupiendo ventanas
y leyendo epitafios con los dedos
Es ésa la hora
la de no haber sido eterno
la hora de que dios nunca haya sido posible
hora de palomas que se suicidan
hora de música precipitándose por
una cornisa con un ramo de olvido
entre los dientes
pero yo absurdamente crepitante
entre el carbón que huye
río como un molino
porque estoy enamorado
y seré más allá de todas las derrotas
para envenenar con una lámpara
el telar tenebroso del silencio.




LA LLAMARADA DEL SILENCIO

La soledad estaba sola y soñó.
soñó que sueño
y en el sueño soñó que canto
y en el canto fue el aire
el aire estuvo enfermo de los mismos sueños
Y se volvió corazón
corazones
miríadas de corazones
y en uno se enfrió la llamarada del silencio
y entonces, tierra
y la tierra soñó y cantó
y raíces
y rosas
y tú y yo
que no sabíamos
que la soledad había estado sola
y que necesitábamos venir,
haber llegado
y soñamos
sin manzanas
y entonces dios había sido
para que la soledad nunca hubiese
estado sola.




UNA LÁMPARA PARA ENCONTRARTE

No me damos pena
No nos sufro
Llevo esta partida
como una lámpara
para encontrarte cuando yo sea conmigo
y nosotros.




TUMBAS EN MARCHA

Porque este avión emergerá del vino
como una uva que salta de la tierra
hecha llamarada
o silencio de la palabra palabra
Porque este avión me arrancará los
ojos y ese turbio manojo de pasillos
por donde goteamos tumbas en marcha
me busca la garganta como un abismo
empedernido, me pisotea la saliva me
machaca el sonido de polen creciendo, porque
escribimos muchas veces
la palabra paloma.
Debo volver a buscarme
a recogerme entre las cosas sencillas
entre el amor que no aprieta
los puños ni muerde la mirada
para no esconderse detrás del ocaso.
Ojalá me hayamos esperado.




ATADO DEL SILENCIO

Cerraré los ojos para salir de esta casa

Me llevarás de tu mano
candentemente (ciego)
hasta la puerta
atado del silencio
al ruido mínimo de las cosas del día
No quiero morir de esta partida
no quiero verme ni oírme partir.




EL LAGO DE TU IMAGEN

Estoy vivo a patadas a mordiscos a párpado
a gritos a espina desaforada
y raíz al galope.
Catarata de pétalos
desbocada marea
alas y tajos en un solo vuelo
Y de repente como el torrente brioso
me anudo al lago de tu imagen
y soy paz.
Es el amor,
Estoy enamorado.




ABASTECIDO DE LÁGRIMAS

Habré necesitado estar triste
estoy abastecido de lágrimas
hace tanto frío fuera de estas fotografías.
Partiendo mi alma quedó enganchada;
como un tejido
mi sangre de madeja
y se ha ido deshilachando en un
reguero mortal.




CON EL ALMA ACUMULADA EN UN SUSPIRO

Con frío de animal herido
con dolor de herida enfriada
me voy goteando tiempo
como una gangrena.
con el alma acumulada en un suspiro
con la lengua de pétalo cortado
Mis ojos son el patíbulo
de mi memoria
el día entra y arrasa
quema y a muerte muerde ahuyenta
y azuza
Las mariposas se están volviendo tajos
mi cuerpo ya no tiene nada azul
es que me estoy yendo
y el amor es puñalada
y duele.
No sé realmente por qué estoy no llorando.




SUEÑOS DE DEMENTE

Te llamé por teléfono.
era el silencio en punto de tu ausencia
en mi pieza sin tiempo
Te llamé con insistencia
la llamada se extendía por el aire
la llamada sin respuesta
como un grito agonizante
inundaba el vacío callado de tu casa
y sonaba tristemente a nadie
Colgué. hice otra llamada
la misma cruenta voz que se partía
la misma temblorosa campanada
Me pareció que tenía algo de risa
recorrí en mi memoria todo el ámbito
un silencio sonoro que dolía
Volví a cortar. Estoy pensando
ahora en los venarios corredores, en la puerta
en los discos quietos y callados.
en la paz tranquila de la mesa
en el pasillo aortal que se derrama
y que pasa delante de tu pieza
Al pasar me fijo en la ventana
Tu mundo de misterios escondidos
y me siento de recuerdos en tu cama
Se me sube a los ojos el vacío
se encarama tenaz a mi garganta
me siento encerrado en el delirio
Ahora pienso y se me anega el alma
que tal vez cuando te llame nuevamente
me responderá el silencio de tu casa
Y mañana y después al día siguiente
y también después de una semana
y otra más y después ya para siempre
Hasta que yo sepa de verdad qué pasa
: que sólo existes en mis sueños de demente.




LA NOCHE QUE NOS DESENVAINAMOS

No he lavado la ropa que tenía
la noche que nos desenvainamos
y desnudos como la miel que cae
de los higos maduros a la siesta,
nos anudamos acuáticamente
como dos lagos o dos gotas de agua
que se juntan innumerablemente.
No voy a lavar esa camisa.




ESTOY ESCRIBIENDO TU NOMBRE

En esta noche aquí en esta ciudad
hoy, cualquier día un cualquier nunca
en esta ninguna parte rescatada
yo: este nadie de cosas y almanaques
de resecadas rosas y poemas volados
aquí en esta ciudad yo ahora
estoy escribiendo tu nombre
con dedos de niebla
roto contra el aire encallado
en la noche triste y sola de esta ciudad
donde hay tantos que tal vez recogen
su memoria, su alma, su tristeza
para llevársela luego a algún poema oscuro
en una ciudad cualquiera, solos.




LAS ANCLAS DE TODO MI DESTINO

I

Que estas puertas de llegar
sean las de partir
si no encuentras tu vida
en mi sendero,
si tu memoria me renuncia
si tu amor
se descalza de mi nombre.


II

Tú mujer,
tú amiga, luz,
tripulación total de mis espigas,
tesoro en llamas en la boca
de la madrugada
tienes las llaves y el timón de mi vida,
las anclas de todo mi destino.
Eso te lo doy. Como una mano,
como una manzana.
Pero no debes tropezar
con mis pies.
No te sientas encerrada
en mi libertad
que te regalo.
Quiero ser tu camino
no tu calvario.




CLARIDAD HECHA PAN

Está visto
Está sabido que
Está sido que yo
Está vivido que yo nunca
Hubiera sido uno
de esos solemnes o terribles señores
con anteojos y joroba.
De esos que se mueven por
sus bibliotecas con la familiaridad
de un pez solo en su escueta pecera.
A veces creo que tienen algo de
dromedario, que guardan litros
de páginas en la joroba de la espalda
y las de los dedos. Los infaltables juanetes.
Porque casi todos tienen cabeza
pequeña, tal vez para tener los ojos
más juntos, —la nariz no es importante—
nunca se muerden la boca; y las orejas
a veces son alas deterioradas, grandes
como paraguas, a veces un poco chamuscadas
y otras veces se les caen por el mismo
camino de la calva.
No sé si hay alguno que se coma
las uñas, ancestros de roedor no les faltan.
Algunos chupan de la pipa con invertida
frustración de flautistas y oyen una
inédita música con los catacúmbicos bronquios.
(espero que no hayan leído nunca
la palabra catacúmbicos) ¡Qué volutas
de abortadas melodías!
Asunto corbatas = me abstengo;
casi todos la tienen sucia y otros la dejan
para marcar una página remota, donde
el torturado trapo convive
con las migas de un irrecuperable
sandwich. (quién sabe cuánta
sombra ha recorrido).
No! definitivamente,
porque yo no dejo migas
ni tengo orejas migratorias
porque sólo me como las uñas
cuando espero en las estaciones ferroviarias;
porque no sé nadar como el
alegórico pez
ni soporto el olor satánico de los
libros añejos,
porque entre una flauta y una
pipa prefiero una guitarra
y mucho más soplar en la caña
innumerable de tu aliento
y porque no uso tiradores,
(olvidemos la boca que yo también
me muerdo cuando quiero
imaginarte)
porque mi única joroba es un
dolor de caminos
y no recuerdo cuánto leo, sino tus
cartas,
por todo eso y un montón de otras
razones, no soy uno
de esos solemnes o terribles señores.
Además, si lo fuera,
cómo hubiera hecho para darme
cuenta cuando pasabas y tenías
la boca encinta de palomas.
No! definitivamente no lo soy.
Y si lo fuera
me cortaría las manos y la boca
y trituraría mis dientes
y después me escondería
con esa sucia corbata confundido
entre las migas
por haberte amado
y profanado con derrota y otoño
tu cuerpo de claridad
hecha pan.




MARES ANUDADOS

Quisiera que fueras sucia alguna vez
con el olor bullicioso de los rinocerontes
que en ti habitaran
duendes diminutos
una constelación de piojos
labriegos y mineros de tu pelo
y de tu piel
ellos me podrían contar de su amor planetario
de los hormigueros luminosos
de las madrigueras amadas
donde mi lengua no puede envainarse
y pasa a veces como un glaciar quemante
como un mar al galope.
Ellos me podrían decir las diminutas rosas
las quebradas los terribles
cañones de tus huellas dactilares
los aljibes insondables de tus poros
ellos conocerían los remotos senderos
las vertientes los guijarros
las olas enterradas de tu pecho
tus pezones como cúpulas sagradas
sagrados como templos
todos los jardines
cada cementerio.
ellos acamparían bajo el trébol
fresco
el que crece en la desembocadura
de tu cuerpo continental
ellos ordenarían
tras nuestras enamoradas batallas
los húmedos minerales de la savia tibia
las herramientas exhaustas del amor.
Quisiera recorrerte
como una lagartija
esconderme bajo cada piedra
mirarnos a los dos
crepitando como mares anudados
y ser a veces mar
y a veces caracol.




VELAS PARA AGRANDAR LA OSCURIDAD

He apagado todas las lejanías
he decidido que estás aquí conmigo
detrás de alguna puerta,
lavándote la cara
amasando un trago de ventanas en un
papel, o bebiendo un chorro de mariposas
en alguno de tus libros amarillos.
He decidido que la soledad no nos cabe
Somos demasiado para los enjutos territorios
de la nada.
Y si alguien no lo cree puede leer
en los legajos de la primavera sobre nuestro
encuentro desde los parietales de la tierra
de nuestra insobornable brújula de equinoccios
Sí! Estás comprando el pan para nuestro desayuno
Un par de velas para agrandar la oscuridad
ese esmalte multicolor para pintarnos camelias
en los brazos y hacer el amor como las enredaderas.
No encuentro la nota que me escribiste
mientras dormía
Te habrás olvidado de dejarla.
No importa, sé que la has escrito y que
decías que volvías en seguida, que no
querías despertarme.
Ahora me voy a meter al baño
voy a demorar un poco para darte
tiempo de volver e irte otra vez.
Me gusta tu forma de estar
tu presencia vacía, llena de sospechas
tu ausencia habitada,
tus constantes salidas.
Ah! espero que no olvides traerme
el bloc de cartas y los sobres.
No puedo estar sin escribirte cada día.




NOCTURNO PEDESTAL (ADULTERIO)

No te quiero más le he dicho
y una andanada de dedos aullantes
me han empujado contra la pared
oscura de los mínimos delitos
Pero si hubiera decidido hacer
de mi vida otro instrumento de culto
pavoroso, ir a la guerra tal vez,
hacerme sacerdote empasillado en
conventos insondables, dedicarme a la
sonrisa, sacarle fotografías a la muerte
profesionalizarme en un espejismo
cualquiera, entonces tal vez
escogerían mi nombre entre palabras lustrosas
y desde el héroe al santo desde el mártir
al mentiroso acomodarían mi pedestal de nácar.
Pero el amor es mi bandera mi altar
mi alquimia mi pincel. Por eso soy un
delincuente.




ORDEN DE PALOMAS

Entre acordes esparcidos por
el aire, vuelan, giran locamente
algunas palomas suburbanas
Me parece tan justo que estén
navegando en el cielo de esta
mañana que no imagino
dónde viven por la noche.
De la iglesia abierta emanan
ráfagas de música
el aceite melodioso del órgano.
los árboles enjuagan en la música
sus crispadas cabelleras.
yo camino plaza abajo.
Quién sabe si alguien se pregunta
qué hago pasando por aquí,
quién soy, de qué huyo,
en qué colchón de quién sabe
qué historia voy a revolcarme.
No, hay demasiadas alas en
el mediodía. Yo y cada cual
somos parte de la casualidad
O de un aglomerado manojo
de indescifrables voluntades.
¿Quién indaga un profetizado
orden de las palomas,
el justo cántico que se derrama
los dedos del organista
el culpable arrodillado
el pisoteado cigarrillo del asesino
nocturno?
No nadie se pregunta por mí.
A quién le importa saber adónde voy.
Y, después de todo,
¿adónde voy?
Tal vez ni siquiera estoy pasando por aquí
Ni siquiera aquí. Ni.




NAVE PARA TODOS LOS DILUVIOS

Como un desaforado labriego
enterré mis palas en los surcos
de este cuaderno.
He ido despejando el cardo
peinando la tierra
la encía fecunda
la cabellera vacía
soplando en la fragua del delirio
hasta hacer saltar la espiga.
Éste es mi pan
mi harina enamorada
mi sudor de anhelos que te buscan
mujer ecuatorial
templo definitivo
altar de la fertilidad
A veces el silencio
a veces ciertas fotos viejas
arqueológicos naufragios
como sarmientos
mordían el arado infatigable
de mi lengua.
Esta siembra insucumbible
no teme la agresión de la pezuña
pueden invadirla los dientes del olvido
puede intentarla el fuego y el rumbo
lóbrego del pus
no hay silencio para el verso escrito
si ha pasado por tus ojos
por la siega de tu mente
por la molienda vigilante de tu alma.
Yo no quiero tener nombre de poeta
prefiero llamarme jardinero
pastor de rosas
timonel de savia
No hay en estas húmedas colinas
de papel, una sola piedra de aridez,
El sumergido mineral es todo de campanas.
No hay un solo fusil bajo la tierra
porque éste es mi prado de amor
mi arsenal de palomas
para tus ojos y tu sonrisa.
Ahora bien, mi pequeño horizonte
Amiga de mis horas lejanas
Es posible que los cuervos
del tiempo, los gusanos
tenebrosos que a veces
tenemos en el subsuelo de nuestra
memoria, pasen
a dimitirnos, a esparcirnos, a disipar
la semilla a barrernos con uñas
de huracán enfurecido.
Es posible que se desaten de
lejanas cumbres, desde destejida
nieve de recuerdos, algunos rostros
que traemos puestos, y que el agua
turbia del hastío alague nuestros
campos de besos y de veneración
trasnochada. Por ésas y por todas
las otras muertes posibles que
podrían sumergirnos yo quiero
dejar un dolmen eterno
para todas las expediciones
para todos los testimonios
para obligar los astros perezosos;
y ese monumento indemolible
lleva nuestros nombres y el del amor
en este cuaderno que es una
nave para todos los diluvios.
Así, tal vez para siempre
el talón de la atmósfera
será una lámpara custodia
para que no se nos echen encima
las escobas de la nada y nos sumerjan.




SER POETA ES MUY FÁCIL

Ser poeta es muy fácil
hace falta una distancia
una imagen que a veces
confundimos con la almohada
Hacen falta muchos besos
en la boca solitaria
y el silencio desnudo
acostado en nuestra cama
Es aún mucho más fácil
si se posa en la ventana
una paloma perdida
o una trémula guitarra
Se necesita una hoja
que se parezca a una sábana
y después cerrar los ojos
y arrojarlos en el alma
Y empezar a dibujar
con silencios o palabras
los caminos de los dedos
por el cuerpo que nos falta
Hay que estar enamorado
por eso hay pocos poetas
la poesía no se atrapa
con ávida red de letras
Hace falta algo de rezo
vivir con el sueño alerta
llorar al ver una rosa
y andar desnudo en la guerra
Si esto no da resultado
se compra un libro cualquiera
la poesía está en los ojos
del que pasa a recogerla




EL SAGRARIO DE MIS NOCHES SOLAS

Déjame haberte dicho cada cosa
cada terrón clamoroso de esta tierra
tu imagen fue mi guía en el trayecto
y mis pies vocación de primavera
Has explorado cada grieta de mi pecho
cada válvula cada seña de mis venas
sabes mis palomas, sabes mis espejos
sabes tu retrato cuando eres la ausencia.
Todo te lo dejo como un sagrado diagrama
para que viajes tus ojos por mis sueños
para que en la primera estrella de tu ventana
encuentres junto al tuyo mi deseo.
Éste es el sagrario de mis noches solas
guarda en él tus ojos y si quieres tu alma
echa a volar los hondos ríos de tu boca
o agrega las tuyas a estas alas,
si no basta mi miope fantasía
para los paisajes suntuosos de tu entraña.
Ésta es toda, amor, la geografía
de mi mente un poco enmarañada
Te lo doy como a un país como a esa isla
como a esa mano o también esa manzana
Te lo doy como te doy mi vida
como en esa canción que te gustaba




ITINERARIO DE MIS MANOS

He llegado a la cima de mi boca
a la cúspide de mi insomne empresa
he trepado al final de este cuaderno
con las redes ávidas y con el sueño alerta.
Si ahora puedo echar al fuego
todas mis guitarras y ver cómo se queman
y vuelvo a empezar la golondrina
por aquella primera primavera
Es que este itinerario de mis manos
siguió sin perderse su avisada estrella.
Tengo otro desierto que emprender para tus ojos
otro mapa de páginas y estepas
para construirle nidos a tus pestañas
y a tu corazón una extensa madriguera.




ESTE AMOR CALIENTE

Gracias por mi alma desnuda
por mi mente con fuentes
donde surgen lagartos de diamante
Que hacen el amor como suicidas
hasta evaporarse
Gracias por este dolor
insoportable por esta dulzura
incandescente
Gracias por poder volar
como un demente
con los pies atados
y los ojos pisoteados por la gente
Gracias por la palabra gracias
por este amor caliente
por este cuerpo mío
de praderas enamoradas
Gracias por poder pensarte
por poder creerte
por imaginarte
con locura candente
por besar el aire
o arrancar estrellas
o explotar en mil avispas
de repente.
Gracias hembra constelada
por tus abismos de amor
que me perduran
Gracias por tu boca sin fronteras
habitada
Gracias por tu aliento donde viven
mil planetas
Gracias por tu mirada
innumerable, incontenible
que todo lo bebe
como una infinita ciénaga
Gracias por estar locos
por poder descalzarnos
los dos juntos
para entrar a un templo
donde entran solamente
a casarse las estrellas.
Gracias por mi alma desnuda

¿cómo podría si no
decir cosas como ésta?
Usando ademanes de poesía
con mis torpes manos de madera.




ME GUSTA VERTE PASAR

Me gusta verte pasar
decidiendo el espacio con tu cuerpo
derramando nadas que no eres
hiriendo a muerte al tiempo
con tu sonrisa inagotable
Me gusta verte pasar
decididamente no hay nada
que me guste más
Ver tu pelo a chorros que lame
el espacio. Verte
elegir la silla donde te vas a sentar
o buscar un libro cualquiera.
y no es por ninguna de estas razones
que me gusta verte pasar
Es sólo que me gusta verte
saber que estás viva
contenerte con mis ojos lanzados
insaciablemente hacia ti.




AMULETO

He hablado con el reloj de las medidas
con el fogonero de todos los tamaños
con el chofer de las dimensiones absolutas
Él me ha dado un brebaje de ocultarnos
un talismán de desaparición de hacernos aire
una medalla para ser como queramos.
Así podremos irnos a vivir bajo los hongos
a edificar un palacio entre las alas del trébol
a enseñar un Dios cualquiera a las hormigas
a que los besos nunca sean más pequeños
a tener miedo de las gigantescas cucarachas
podremos domar una luciérnaga
y luciernagar como jinetes de una lámpara
podremos domesticar al terremoto
y hacer temblar la tierra con tu orgasmo
haremos el amor como dos gotas
que se juntan en un beso innumerable
sobre el terciopelo infinitesimal de las corolas.
Y después cansados de ocultarnos
podremos frotar nuestro amuleto
y saltar como relámpagos que emergen
y tapar el sol con nuestros cuerpos.




¿CÓMO NO AMARTE EN UN DÍA COMO ÉSTE?

El sol se ha subido a su púlpito
celeste y derrama su discurso de luz
sobre la tierra
Hay pájaros anclados en el aire
tembloroso de la mañana
Cómo no tener yo también algo de flor
cómo no amarte en un día como éste
Cómo no haberte escrito estos jardines
a pesar del atuendo ceniciento
de este día,
si tengo tu recuerdo en mediodía
izado en el cenit de mi alma?




INSTINTO DE SISMO

Era la inmovilidad total, la nada
el silencio inmemorial, todo infinito
de repente un temblor, un párpado, un ala
la soledad que estallaba en un latido
Tal vez dios no ha empezado todavía
Yo sé sólo de espigas y raíces.
sé de mis cuadernos y de tu poesía
de lo que te digo y lo que tú me dices.
Pero a veces pienso que llevamos
en el alma un instinto de sismo
que acarreamos la raíz de los relámpagos
el ovario primordial de los destinos.
Y se me ocurre que dios es la burbuja
el equívoco de la inmensidad desolada
que de repente se levanta y desoculta
como el amor que hasta el encuentro nos buscaba.
La eternidad la entiendo por delante
por detrás es un desierto que atropella
pienso en el extravío que nos precedía
como una jauría de rostros y de puertas
Y me parece haber tenido acceso
por tu boca a la ruta profética
a mi primer pie y a mi primera huella
Y con todos mis insomnios en suspenso
me parece que en ti dios se cumpliera.




SILENCIOS ELEGIDOS

No sé qué silencio usar
para hacer el monumento del sonido
tal vez el fragor de las cascadas
en las vísceras del hielo contenido
tal vez el del zumbido
derramado
de un caracol triturado, hecho añicos
o el silencio que queda en los abismos
después que cae un pájaro herido.
Puedo usar el silencio de los astros,
que se apagan en la carne de los siglos
—no quiero el silencio que sucede
a las balas de ningún suicidio—

puedo usar el sonido de tu boca
cuando en un beso infinito nos hundimos
o el silencio del silencio cuando saltan
por el aire los desollados ruidos
de la ciudad que se debate en mi ventana.
Hay otros sonidos de martirio
que dejan silencios mucho más dolorosos
esas trompetas con que nos derretimos
volando como evaporados pozos.
Ya elegiré bien con cuidado los ladrillos
de mi torre para construir la anatomía
de la música donde tú y yo vivimos.
Ahora me preocupa el pedestal
la base donde quedará erigido
la palabra que diré para ofrecértelo
Porque de tantos silencios elegidos
si digo el término equivocado
podría derrumbarse mi obelisco.
¡Creo que he encontrado el material más adecuado!
es el silencio de la palabra olvido.
Ahora puedo cantar ¡canta conmigo!
el monumento cantará callado.




¿QUIÉN VIENE A DARME DE ALTA LA SOLEDAD?

¿Quién apaga la tiniebla
quién me lava estos rincones
quién me enseña algún idioma
que no tenga la palabra silencio
Quién viene a darme de alta la soledad
A decirme que me vaya a una guitarra
Quién viene a mostrarme una paloma
a decirme que he nacido
A enseñarme a pronunciar tu nombre
con mis manos
Quién viene a decirme que no soy
un delito
Quién me indulta de todos los perdones
quién me dice que estoy vivo
Quién me dice que mis pies hacen caminos
Quién me dice que me llamo
número siempre
quién me paloma
quién me cambia por un beso
la palabra Dios?




SOLES SUMERGIDOS

A veces no entiendo los huevos
esos soles animales sumergidos
en una placenta de tiza
No entiendo sus ovalados silencios
se parecen tanto al silencio
todo lo que son lo son por dentro.
De verdad no los entiendo
No sé por qué no salen volando
por qué no se van de un suspiro
al firmamento
Ahora que pienso,
tal vez están volando por adentro
Tal vez lo que me pasa
es que quisiera ser huevo
brillar en la penumbra,
acumular mis cielos
E irme volando hacia dentro
hacia ser cada vez, mucho más,
infinitamente pequeño.




O PEOR AÚN

Nunca querré parecerme a una papa
no tener dedos
ni tener lengua
No sé siquiera de qué lado de sus
ninguna parte mira
si tiene boca,
sólo un nido de ombligos
no, no quiero transformarme en papa
Siempre he odiado los tenedores
y no soportaría tener que odiarlos más
y sobre todo
no soportaría que me comiera
cualquiera que no fueras tú
y a pesar de que querría viajar
por tus entrañas;
tal vez, si tú me tuvieras
en tu plato, no tendrías apetito
o te llamarían por teléfono
o podrías incluso no comerme todo
o peor aún no darte cuenta
de que era yo




PRINCESA BOREAL

Para adornarte con diamantes
que respiren
con piedras de viva transparencia
como a la reina de todas las edades
emperatriz galáctica
yo elijo temblorosas gotas
de agua o de saliva
y a veces de lágrimas
un poco opalescentes.
Busco por los ríos
infartados de la noche
por los lagos insondables del silencio
por las olas del tiempo sin llaves
y esparzo por tu cuerpo
de continente y de peligro
esas frutas sin nombre
esas maduras estrellas animales.
Así te quiero a veces
mojada y temblorosa
como un mar malherido
que tirita y se deshoja
Algo antártico en el fondo de tus huesos
un poco de cal de luz dormida, adormecida
de miedo a las ventanas solas
Un poco de rincón en tus pupilas
mojada y entregada
entre el aire y la sábana
que te sostienen
como una voraz corola.
Por quererte,
te quiero de mil formas
pero a veces quiero hacer
caminos
y como tendiendo entre las estrellas
al azar algunos hilos
con astronómico delirio
trazo rumbos de besos por la tibieza
de tu cuerpo infinito
y dejo los pasos de mi lengua
con pisadas de esmeraldas
de diamantes latiendo
de ópalos y perlas
y así condecorada
con el agua primaria de mi boca
con el sudor que emerge
de mi carne espolar que te tripula
con algunas lágrimas
que son parte del rito que nos vive
parte de esta vertiginosa locura
te dejo hecha de cielo
princesa boreal collar de aurora
mojada con el agua
enamorada de la hondura.




LOS PÉTALOS DE LA POESÍA

Como las primeras hojas del otoño
jugando a haber sido mariposas
los pétalos de la poesía planean
Y caen a mi corazón.
Allí reposan, y se hunden
por densos hormigueros
y recorren mil vetas laboriosas
relámpagos de hondura que las llevan
hasta una desembocadura de rosas
Yo andaba como un túnel escapándose
tenía la mirada fragorosa
Se han volado de mí aquellos acechos
se han volado con tantas otras cosas
Ya sé tu nombre y un culto de labriego
me empuja por las cosas más hermosas.




EL TELÉFONO

Tiene algo de buda o
perro echado, de tintero
de cabeza de toro
o zapato abandonado
misterioso caracol
si está callado
contiene en silencio todos los senderos
A veces se despierta con voz de grillo austero
y entre venas atmosféricas y magia tamizado
me trae el sonido más amado
la canción vegetal que yo más quiero.

En esta soledad él es mi compañero
cueva del silencio y corazón alado
a veces por el aire me lleva hasta tu lado
como un instantáneo y ferviente mensajero.
Él, que toca tu voz con quieto aliento
que contiene en palomar tu melodía
en su boca la anuda con la mía
y nos lanza hechos aire por el viento

Yo amo a este teléfono profundo
a su prolijo intestino casi vena
a su cráneo carbónico que drena
que me lleva por las glándulas del mundo

Es el único antídoto del tiempo
único cerrojo del silencio




TERRESTRE ANATOMÍA

Creo que podría ser profesor
de geografía
Conozco cada río del aire quieto
cada costa cada labio
cada abismo del silencio
Mis alumnos no usarían
anteojos.
Tal vez calandrias
en las manos líquidas
tal vez mirada de mordaza
Todos lloraríamos juntos
al empezar la clase.
Hoy por ejemplo
enseñaría los desiertos atroces
con esqueletos blancos
de luminosos caminantes
Allí han establecido
sus cadáveres titilantes
algunos poetas que nacieron ciegos.
Dejaríamos para nunca
los oasis
Alguien habría inventado
la palabra teléfono
Si no fuera por esta hora
en que todo el mundo duerme.
Creo de verdad que podría
ser un mal profesor
tengo todo que decir
podría asustar a mis alumnos
Dibujar en un pizarrón de lágrimas
cordilleras de besos
cordilleras con diamantes
que se quedan atrapados
en la boca
ay los volcanes
ay la nieve y la llamarada
y la lava en soledad.
Conozco este planeta de callar
con manos de viento
con garganta tormentosa
con huracanes de cuadernos.
Les aconsejo que no se inscriban
en mi curso
Podrían hacerse adeptos
a la poesía
y en alguna última página
a un primer suicidio.




UNA FLAUTA PERFECTA ENTRE TUS LABIOS

El amor me condecoró la boca
con esta urgencia de versos

no quiero suicidarme de silencio
puedo besarte eso sí,
permanecer callado
como una flauta perfecta entre tus labios
la canción nos crece por adentro
y la escribimos con galope de relámpagos.




LAS FOSFORESCENTES TROMPETAS

La música desordena manantiales
en mi pecho
desata relinchos
sopla los molinos de mi sangre
y hace saltar tu rostro
como candente
mineral eyaculado

amo su rastro de gases derramándose
su lacio paso de pez o de gaviota
amo sus manos de tules y de oxígeno
su cuerpo gaseoso y llamarada

amo las trompetas de metálico
vuelo
cóndores de oro transparente
flechas huecas de cristal fosforescente




CADÁVER GENERAL

Dónde han dejado el resto
de estos cadáveres
el expoliado cuerpo del alquitrán
esta sangre tenebrosa de planeta?
Miro en estas calles
el pedregullo engarzado
un poco como un desmentido cielo
constelado de las pequeñas
y las múltiples muertes de los hombres
tapas de botella
cristales de choques irrecuperables
cigarrillos retorcidos
indescifrables gotas de café
orina o sangre.
Esta selva para gatos
y vientos invernales
estos jardines para que paseen Dioses
de hielo
estos cementerios para que nadie llore
me recuerdan que nunca he pedido
auxilio
No quiero que los restos
las plumas los párpados
los rotos dedos de mi grito mutilado
se queden enredados
a este cadáver general desatrapado.
Mejor me voy
hay una plaza a la vuelta de la esquina.




EL NOMBRE DIVINO DEL AMOR

Quiero apostar con todos los poetas
con todos los juglares y todos los
mentirosos de la tierra con todas
las bocas suburbanas de la historia
con todos los tinteros trasnochados
con todos los suicidas y los gatos
con los conejos las moscas y los peces
con todo lo que ha estado enamorado
quiero jugar contra ellos mano a mano
boca a boca, solo contra todos
a quién ha dicho más veces la palabra
el nombre divino del amor.
Y luego quiero llevarte el trofeo hasta
tus manos, para ti, la hembra
más amada de la tierra.




ES EL AMOR

Empieza en los dedos de tus pies
deltas de pan y de firmeza
el continente donde desembarcan
mis besos como exploradores y
suben por las dunas perfectas
de tus piernas de subterráneos océanos
Empieza en cualquier poro
en cualquier centímetro de piel enamorada
en el agua vegetal de tu cabeza
en tus párpados donde no hay nada escondido.
Empieza en tus manos a veces
en tu aliento donde vive la sospecha
en el olor melodioso que dejas cuando pasas
en tu nombre si no estás, cuando te nombran
empieza, empieza y sigue
empieza en mí, porque te traía conmigo
como un hambre de milagro antes de hallarte
antes de que hubieras sido siempre
como una cueva sagrada.
Empieza y es la primera gaviota de la tierra
el primer amanecer sobre la nieve
y mi corazón reconoce su demorado nombre
desde su hondo trayecto de extravíos
como un ciego de manos luminosas
Empieza constantemente, siempre
como empezaba antes de llegarnos
igual que una exhaustiva geología
que preparaba la fertilidad para la rosa
Empieza en cualquier cosa, a la mañana
en el cuaderno que me llama blancamente
en tu imagen que es el primer recuerdo
como un faro en la niebla
Empieza siempre interminablemente
como toda el agua de la tierra
de innumerables raíces en la atmósfera
de infinitas arterias hasta el mar.
Empieza y me lleva hasta las vetas
de tu cuerpo templario de altares y escondrijo
allí enumero la redondez de las naranjas
mido el olor total de los jardines
y escondo todas las espuelas de la luna
en la marea envainada entre tus piernas.
Es el amor ya lo sabías
que lleva las infinitesimales cosas
de mi vida a tu nombre y tu recuerdo
como a un continente de eterna subsistencia.




UN SUEÑO DE DIOS

Cuando tú y yo hacemos el amor
nos asisten todas las flores de la tierra
los ingrávidos besos de los cardos
el cardíaco semen del manzano
las rosas que elegí para tu nombre
y los alelíes que no sé cómo se besan
Pero cuando somos el amor
cuando lo éramos y cuando lo seremos
Dios se acuesta con la eternidad
para engendrar la primavera
que trae una ofrenda de canciones
para ti que fuiste un sueño en demasía
de Dios cuando duraba solo.




MUJER ANTE CUALQUIER INVASIÓN

A veces, de tu vientre caen jaurías
de renunciados aerolitos
por venas de derrota
y desocupación
Es el otoño, tu éxodo de sangre
es cuando la seda vuelve a la tierra
y el gusano se hace mariposa
es la hora en que tu vientre terrestre
mastica la hojarasca humedecida,
con rumbo de nube
con instinto eterno de clorofila.
Amo tu menstruación, la lava
de tu vientre volcánico
los encendidos despojos de enterradas
atmósferas, tu galáctica savia
desmoronada, nieve herida
desatada cúpula.
Amo esa camisa de fuego
que tus íntimas ramas se desvisten
amo tu ejército de hijos
cayendo postergados
con algo de vencida hiedra
con campanada de ceniza
con escombros de paloma.
Amo ese innumerable cadáver
que te desorbita y duele
ese turbio deshielo de pan cenagoso
ese río de alas rotas
ese derrocado follaje de veranos sumergidos
esa dimitida cabellera mineral
ese dolor de destitución
que te tirita y te proclama
huerto de todas las rosas
mujer ante cualquier invasión
morada de la primavera.


(Continúa.)




Jorge Lemoine y Bosshardt
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Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt Jue Dic 09, 2010 2:57 am

ESTAS VENTANAS ATROCES

Estas ventanas, amor
con el múltiple beso de la lluvia
mordiéndolas con desesperada impotencia
amor, esta mañana
se enhebra por mis venas
como el olor de los árboles
nos habitaba a veces
cuando caminábamos por tu vereda.
Quisiera contarte
cada cosa que toco
cada desolación que mis ojos van creciendo
pero no tengo versos suficientes
ni suficientes palomas en mis versos
y esta lluvia que late
con diseminado corazón el techo...
Es entonces ésta la soledad?
esa que se demora en los espejos
esa que hincha el silencio
en los desmantelados muros
de los destituidos templos?
Estoy solo y no
pero estoy solo
llevo tantos destierros en la boca
y mi verso te busca amor
entre las cosas amor que me aniquilan
y a veces te toca, amor, te toca
te besa te ama te moja
y a veces me muere
como una paloma, aquella
en medio del océano infartada.
y esta luz y este aire
que me manipulan
Es la hora
amor de estas ventanas atroces
de esta mañana sin palomas
sólo barcos
con sirenas lejanas
y esas otras
amor, esas otras que nos nombran.
Cómo es tu mañana?
aquella de doradas piernas
un poco demorada
entre las demoradas sábanas del alba.
Cómo van los pasos de tus ojos
por esos pasillos venales
y las fotografías
en los muros que yo no miraba
pero que ahora reconocería?
Cómo son los silencios que me nombran?
y las palabras que me olvidan
cuáles son las manos
que acarician el plumaje del aire
que ya no me reconoce
La muerte es la única distancia
sin partida.
Y por nombrar cosas idiotas
la guitarra del aire
sin dedos
o tal vez mi corazón
que tañe
y este cuaderno amor
que me sostiene
como tu nombre
como un escudo
pedestal terrestre de mi boca
y la ventana donde
rebota
la lluvia que también está sola.




MUJER FUNDAMENTAL

Mujer fundamental, veta de gacelas
mina donde surge la mañana
guitarra genital del alba
telar profundo de la primavera
Mujer, hondo cuerpo de flauta
donde vivía la música primera
tus ojos son frutas de lejanas tierras
tu alma tiene soledades de otra raza
En ti vinieron a abrevarse las estrellas
A ti bajaron en manada las galaxias
y en tu vientre pusieron una lámpara
y pintaron tu sonrisa con espera.
Se te hincharon de pétalos las venas
tu corazón se transformó en campana
y todo tu cuerpo era una casa
tu mágico cuerpo de alfarera.
De ti salió como la luna llena
era un pan de arco iris una espiga
era el número total de las vendimias
era el cuerpo de todas las cosechas
Tú le diste a beber cada paloma
tú sembraste la música en sus dedos
Y ahora tiene el corazón de vuelo
y mirada de mansas mariposas
Sostenida de latidos atmosféricos
pasó por mi lado como una flor de atmósfera

urgente salto de mi memoria
en ella descansaba un viaje eterno
Por eso mujer, madre del agua
quiero dejarte mi flor hecha de frío
un poco de equipaje de caminos
como el alba lamiendo tu ventana
para que a la hora total horas afuera
tengas aún mi corazón de página
como un humilde altar que te consagra
desde lejos mi madre verdadera

porque pasé a buscar la vida por tu casa.




EL AMOR

No hay
una sola quebradura en mis ojos
una sola ruptura del aire
no hay un solo momento en mi día
que interrumpa la catedral pujante
de mi memoria levantada
No hay un tajo en el silencio
por donde no se escapen ráfagas de canto
buscándote tu cabeza lejana, continente de mujer y de niña
No hay una palabra donde no capulle tu
nombre
una habitación donde yo entro
que no se ilumine de tiniebla viva
de silencio palpitante
de distancia encinta.
El amor viene (vienes) conmigo
como un arco iris para mi cabeza
como un halo de luciérnagas para mi
sonrisa.
Ya te he dicho todo (ya toda mi boca)
pero mi voz no quiere reposo
quiere trompetas calladas
y silencios que gritan
el sonido de las islas solas
el sonido del incendio en una isla
todo para construirle casas a tus ojos
chozas de saliva
trincheras a tu boca nocturna
donde encontrarse en sueños con la mía.
El amor va conmigo
es mi bastón, mi linterna incansable
y mi guarida.




ABECEDARIOS DE SILENCIO

Voy a tratar de ser amigo mío

voy a tratar de preguntarme cosas
me voy a regalar un montón de termómetros
un kilo de balanzas
un litro de espejos
todos los barómetros que sean necesarios
un alambique si hace falta
y voy a romper ese reloj insobornable.
Y me quedaré conmigo a pasar la noche
el día la semana
el año el siglo,
la eternidad completa
sumergiendo instrumentos
analizando piedras
tomándole la fiebre a mi sonrisa
leyendo abecedarios de silencio
hasta responderme
hasta saber quién soy.




POZO DESPARRAMADO

Voy estas fosforescencias
por la orilla de la vida
a veces un poco horario
tantas veces nunca
tanto siempre nada.
Me parezco a las luciérnagas
pero cuando no me enciendo
es que no existo
no tengo otra estadía que la luz
otra palabra que el beso
Sáquenme de encima estos nombres
como muebles antiguos
esos baúles incógnitos
y los pequeños cajoncitos
de hacer cosas útiles
como entrar en las peluquerías.
Yo no me corto nada
tengo demasiado poco
me dejo crecer la sombra
admito cada habitante
Sonrío al que me sonríe
después me apago
soy noche
existo tiniebla
pozo desparramado.
Y en invierno no hay
luciérnagas.




ESTRELLAS DE TINIEBLA

Ahora son las guitarras lloviendo
escalofríos
cuerdas tiritando
aire aterido de canciones-silencio
párpados temblando
un poco de grillos derramándose
espumosa madera
y tú surges de todo
como un vapor de fotografías ausente
y poemas no escritos. Y tú
y yo escribo
Tú y estas guitarras.
Follaje de aire
hojas que chocan y titilan
estrellas de tiniebla,
la soledad es terrible
voy a escribir esa frase
la soledad es terrible
Y estas guitarras apuñalándome
con pétalos.




NUESTRAS FOTOGRAFÍAS

Entre la nieve ordenada de estas páginas
guardaba como el secreto hondo de las flores
nuestras fotografías (polen)
Y mientras soltaba barcos de papel cargados
con mensajes anhelantes hacia mi memoria
tu imagen se caía
llovía escondidamente sobre las frías baldosas.
Alguien las recogió y me las entregó reconocién-
dome
Estaban frías
Pero somos los mismos sobre el papel que nunca
pierde la memoria. Qué miedo tengo de la tuya
y de la mía.
Porque si caemos los sueños sobre las baldosas del tiempo
nadie recogerá nuestras almas. sin imágenes
vacías.




LOS VERSOS QUE NO ESCRIBO A RATOS

Yo no sé qué me pasa esta mañana
que no puedo mirar fotografías
que no puedo asomarme a la ventana
ni leer siquiera una poesía
Yo no sé qué me pasa esta ventana
yo no sé qué me duele esta poesía
qué oculto puñal en las fotografías
¿es que voy a suicidarme esta mañana?

Yo no sé de esta pieza qué me ahoga
¿serán esos implacables espejos?
hay algo que en mi alma se deroga
hay algo que me estoy volviendo lejos
Me parece que el aire me interroga
que se me clavan a fondo los espejos
Hay algo esta mañana que me ahoga
Hay algo que estoy mucho más viejo

Tal vez la inmovilidad de los retratos
la mirada total de la mañana
los versos que no escribo a ratos
me voy a volcar por la ventana




TODO EL INVENTARIO DE MI VIDA

Cada día supero una medida
Cada hora derroto algo definitivo
Cada instante te quiero más que nunca
hasta dónde
ojalá esta primavera me acumule
en un eterno domingo de campanas
y de flores
yo no quiero que hayas sido otra historia
cualquier otro milagro forastero
otra cara
Siento el útero de una inmemorial astrología
pesando en mi memoria y en mi cuerpo
y en mi alma
algo me traía eternamente hacia este encuentro
me arrastraba hacia tus ojos me decía
que aquí estabas
Y ahora todo el inventario de mi vida
todas las alas de mi eterna travesía
echan anclas
en tu vida.




CUERPO DE UNIVERSO

Quiero llamarme con el oro de la abeja
con el nombre del telar de la mañana
quiero mi nombre con los remos de la nieve
quiero ser parecido a una manzana
Quiero estar hecho de greda planetaria
que se peinen cataratas en mis dedos
tener ruido de luna en el perfume
parecerme un poco a cualquier templo
Quiero tener mil ríos en el cuerpo
y mirada de cueva derramándose
ser todo fuera, no tener adentro
como el aire y el silencio amándose
quiero aprender a ser fosforescente
tener algo de mosca, carne de agua
y poder sumergirme entre la gente
y emanar del silencio de una caña
Ser total como la música que mana
entre el cráneo colosal de los planetas
y el oceánico pecho del espacio
frotando sus incalculables cabelleras
Quiero tener cabellera de cometa
ser vertiginoso cayendo cielo abajo
parecerme a una fogata bajo un lago
que mi nombre se escriba con estrellas.
Quiero tener uñas como un mar que late
que me confundan fácilmente con un clavo
caber en la copa de un estambre
que no basta para mí todo el espacio
Y después, con este cuerpo de universo
poner mi existencia hecha de canto
en el momento de entregarte el verso.
al ponerlo como un beso entre tus manos




CON LLAMAS ESPUMOSAS

Me gustan los lugares espumosos
esos rincones con monstruos de pelusas
los bolsillos inefables de los pordioseros
la melena de las palmeras que se han ido a otro planeta
la boca de un Dios muerto comiéndose
una nube
algunas tardes tristes, grises
con manadas oceánicas de lana
el cuello de las palomas que se evaporaron
los cadáveres de las fogatas en la tierra
la llama de los candiles
las habitaciones donde aún no ha muerto nadie
las entrañas aéreas del pan.
Me he hecho amigo de las alfombras
de la ropa vieja que nunca se regala
de los diarios con historia arrepentida
del nido lunar de las gallinas
Y hasta casi del blanco pubis de las olas.
A veces he llegado a ponerme las manos en el pelo,
Buscando lugares espumosos




BUSCO ENTRE MIS ADENTROS

Nunca tuve algo contra mí
siempre quise apoderarme de todo
no sé por qué ahora sucedo
que me miro de frente
me busco en los espejos
me envío sonrisas
y me las devuelvo
Será que desde que nos encontramos
y en la soledad soy mucho más solitario
Busco entre mis adentros
quiero tener lo más tuyo
Y cuando me encuentro
Ya no me siento tan solo
Con algo de tus recuerdos.




COSAS DEFINITIVAS

Alguna vez me empecé a quedar sin dios
culpa de las cucarachas tal vez
que eran demasiadas
y había que ponerles los mismos venenos
que se usan en las iglesias.
El caso es que me empecé a quedar sin dios
se evaporó como un útero oceánico.
Esta cicatriz que tengo no me gusta
Es demasiada
A veces le echo puñados de arena
me desaforo con cosas menos minerales
me quedo despierto por la noche
doy vuelta los espejos
para descubrirlos in fraganti
leo libros empezando por
el modo de olvidarlos
Es inútil
Quedarse sin dios es algo irremediable
Es como de repente
haber nacido muerto.
Por eso miro los astros inexplicables
con ingenuidad esperanzada
y le pido a mis sueños
que imaginen
que me vivan
que me sean
una nave que se acerca
un bote fosforescente
un gondolero con alas
De repente una memoria completa
de cosas definitivas
Un abuelo de diamante
que me seca
la intemperie del tiempo
con una túnica de música.
Porque de repente me empecé a quedar sin dios
y me di cuenta
que mi memoria
es un oscuro pasadizo
Una puerta de llaves caprichosas.
Qué pena que hubiera
tantas cucarachas, de verdad.




QUE LA VIDA NO SEA IMAGINARIA

Desde que te conozco me fijo siempre en las
florerías
Me miro pasar en los cristales
Y me da ganas de cortarme el pelo
Amo al inventor de la fotografía
Me parecen mariposas los sellos postales
Y a veces acaricio a los teléfonos
Desde que te conozco hago cosas sencillas
No tomo más café con el sepulturero
Me olvido de revisar el almanaque
Dejo siempre abiertas las canillas
Me dejo encerrado en las fotografías
Y nunca me doy cuenta de que tengo hambre.
Desde que te conozco lo que más me gusta,
es que todo me parece milagroso:
Recordar quién soy por la mañana
mirar relojes que ya no me asustan
estar adentro de mis ojos
que la vida no sea imaginaria
De verdad todo es mejor desde Nosotros
empiezo a entender ciertas palabras
y me he hecho cliente de las florerías
progreso enormemente con el sonambulismo
Me han echado hace poco de la fábrica
me he comprado un libro de poesías.
Ah! y desde que te conozco
todo el mundo me dice que estoy loco
Que de dónde saco esta cara de alegría.




LLÉVENSE ESTOS NÚMEROS URGENTES

no quiero tratar de ser inteligente
de haber podido inventar cosas feroces
prefiero que me dejen con las flores
llévense estos números urgentes
no quiero que me hagan usar lentes
no quiero ir a discursos ni a reuniones
no me regalen ni fusiles ni relojes
no me recuerden la palabra muerte
¿No se dan cuenta de que estoy enamorado
que no tengo nada de teorema
que ya nunca voy a envenenarme?
el que quiera sentarse aquí, a mi lado
tiene que dejarse crecer la primavera
y olvidarse para siempre de olvidarse.




ALGO MÁGICO QUE ME HACE SER MÁS VIVO

Hoy tengo el corazón hecho un nudo.
del subsuelo de mi alma emergen
como en un remanso que devora
manos que se agitan, gritos urgentes.

Amanecí como arrasado, roto,
como un campamento devastado.
como una iglesia profanada
como una tumba después de un terremoto

Como a una cruz o a un timón, los dos,
como a un bastón o a un mediodía
quise atrapar tu nombre que pasaba
pero las manos de quedarte no eran mías

La vida arrecia con rosas o puñales:
o como el pan de trigo o como el de veneno.
No me importa una muerte equivocada
yo sé cuál es el pan que quiero
si el pan de despertar no es morir sueños

Pero no quiero que mueras con mi muerte
no quiero inundarte con suicidio
Yo te invito a mi mesa, está servida
pero el pan, amor, es sólo mío.

En mi vida verás fotografías
y unos viejos floreros atendidos
Hay un sótano de rito inaccesible
sin embargo no hay nada prohibido.

En mi vida no hay puertas para abrirte
puedes pasar con sólo una mirada
pero antes de entrar, quiero decirte
algunas cosas que ya están gastadas.

Si te bastan estas pocas herramientas,
el poco combustible de mi lámpara,
mis manos un poco enronquecidas,
y mis ojos con restos de batallas,

Ya puedes pasar y acomodarte
Descálzate, si quieres, todo es tuyo.
Tengo sólo otra cosa que contarte:
entre estas sillas y estos muebles sucios

Hay algo nuevo que he encontrado
algo que entró recién junto contigo
que no tiene nada viejo ni gastado
Algo que soy de verdad mucho más niño
Algo que nunca había cultivado
Algo mágico que me hace ser más vivo
Es que nunca he estado enamorado.




ESTA DERIVA CIEGA

Hoy he amanecido con el alma enredada
con la voz que pierde su camino
con la memoria como desorientada
me parece que ni siquiera he amanecido

Una rosa me regala una promesa
una esquina me unta con delito
me asesta el vacío una ventana
Tal vez lo que más duele es el vacío

Es una cosa de verdad incalculable
esta deriva ciega, sin destino.

Esta zozobra de todos los altares
esta prisión de todo mi albedrío

He sentido que tiraba de un cadáver
un lastre acusatorio detrás de mí
era mi sombra, todo mi equipaje
mi rastro, las manos de mi hijo.

Quisiera arrancarme el corazón de cuajo
extricar este nudo a cuchilladas
y llevarlo lejos y enterrarlo
y dejar todas mis huellas enterradas.




ABREVÉMONOS DE BESOS

Con manos clamorosas te busqué
como un ciego
como un gusano clandestino por el
cieno
recorrí cada poro suburbano del te-
rreno,
con lámparas de lluvia exploré cada
hormiguero,
Luego fue la desesperación identifi-
cando el veneno
El otoño me exilió a vivir en
sueños
Y vino la resignación del ciego que sabe
su destierro:
(Yo quería pintar el alba sin conocer los
colores del cielo)
Me eché entonces a dormir en un vino
amargo y lento.
Y ahora algo me sacude, me llama y
me despierto,
es la madrugada, la reconozco, la
estoy viendo.
Esto que siento está fuera pero ya estaba
adentro
no nos enamoramos, nos identificamos
nada más con vernos
nos reconocimos, el amor ya lo traíamos
de lejos
lo traíamos puesto como a un milagro o a un
instinto profético.
Qué me importan ya los dientes del
desierto
La sequía asediante la implacabilidad
del tiempo,
Dame tu mano de escudo abrevémonos
de besos
Entre arenas y cenizas siento que somos
eternos.




INUNDACIONES DE LÁMPARAS

En cada hueco blanco de este cuaderno
se detuvo mi alma y mi deseo a
reclamarte, y te busqué en el aire
para completar mis besos
para lavar el silencio de mis
manos en tu pelo tibio, para
despavorir mis miedos con tus ojos
como inundaciones de lámparas.




EL NOMBRE DEL AMOR DESESPERADO

Te quiero.
Tenía ganas de decírtelo
era la habitual paloma que se
ordenaba dentro mío y tramaba ese
dolor de aire que nos ahoga de
anticipadas libertades
Por eso vine hasta la tinta
a volar a indefinirme a sentir
mi galáctica explosión
mi dimensión de alba enamorada.
Te quiero.
tú no estás a la orilla de mi boca
para oírlo, para deletrear el
oleaje de mi aliento
por eso te lo escribo ahora
en este sitio donde tu ausencia
hincha el espacio
donde tu cuerpo es una urgente
escapatoria donde tus ojos son
el embarcadero de mi alma.
En este sitio donde el amor se reparte
con absurda geometría
donde cada uno extrae de entre páginas
feroces un nombre y una historia
para jugar al tiempo, enmascarados
para jugar a ser o a haber sido
aquí, donde me toca el nombre
del amor desesperado
el sitio de la pregunta irrespondida
la raíz erradicada
el trasplante total de la existencia
aquí, beso las páginas donde me
embarco, me ato al nombre desbocado
de mi personaje y digo a un nadie
que tiene tu cara imaginada
toda la música que me toca.
Digo amor y amo y muero en esta
vida muerta, muero de vida y escenario
con tu ausencia puesta
recubriéndome como una bandera de
besos. Aquí decido lo que soy
broto, desatrapado como el agua
que desorbita la tierra
y una vez más tú eres la meta
el público testimonial, la mano
que pasa a recogerme.
Ya ves, sólo quería decirte que te
quiero.
Son tan copiosos los cimientos del
amor, que abro mi boca para caber
tu nombre y arrecio un pantano de
alas luminosas que me vives dentro.




UN GESTO CONTIENE LA ETERNIDAD

Estábamos predestinados
pero no quiero que seamos destino
quiero algo más mágico
una abeja que elige una flor en la pradera
y eras tú
dios que escribía una poesía
y éramos nosotros.
Tú que te bañabas en un océano total
y eran mis besos.
Un gesto tuyo contiene la eternidad
pero a mi amor no le bastan las
palabras
quiero comerte, beberte al tiempo
que me respiras y masticas
los dos con dimensión de atmósfera
humo en la niebla
silencio y canción
lámpara y sombra
mezclados infinitesimalmente en
el vientre de un átomo
infinitamente unidos.
Tal vez es nuestro amor que escribe
la poesía. y es dios.




UN DÍA

Un día estaremos sentados
a la sombra del tiempo
de la mano
leyendo tus versos y los míos
los dos como una sola flor
la que hubiera sido el infinito
si no se hubiera derramado.
Un día, amor.




RUINAS DEL ALIENTO

Entre palmeras de multiplicadas manos
inmóviles alas de abanicos
sobre la hierba cómplice
entre el aroma sonoro de los eucaliptos
sobre la tierra desvestida
sobre algunas piedras huérfanas
contra la tumultuosa cabellera oceánica
recogíamos piedras o caracoles
cazábamos canciones en el aire
y atrapábamos las palabras
con que ahora edifico estos recuerdos.




CLICK

Ya está la foto.
No puedo entender que fuéramos
que ese tiempo de beso
tiempo de nosotros
en que atrapábamos la vida
se haya vuelto papel de fotografía
y yo la mire solo.




SIN DESTINO

Esta zozobra de todos los altares
esta prisión de todo mi albedrío
Es una cosa de verdad incalculable
esta deriva ciega, sin destino.

No te asustes de esas cicatrices
son parte de mis gestos, son sonrisas
—No entiendo bien lo que me dices.
¿Que de quién son esas fotografías?

Me parece que son de una película
me las traje puestas desde el cine.

Ahora mientras te quitas los zapatos
voy a echar al fuego alguna leña
de paso tiro esos retratos.
Podrías abrir esa botella?




CORRO POR LA INCERTIDUMBRE

¿Sabes que a veces se me esfuma
tu perfil? corro por la incertidumbre
desesperadamente como queriendo
atrapar un perfume en el aire y cuando
lo logro, como un buzo que emerge
por el polo salgo de los misterios de mi
memoria con mi tesoro en la boca.




DEMASIADAMENTE HERIBLE

Hace poquito, apenas diez minutos
estaba en la habitación escribiendo un poema
y tenía la voz algo nublada, casi
como callos de callar en el aliento. Y no
podía dibujar, la música se me caía del
pincel, el aire estaba lastimado (se han
muerto demasiadas palomas en el mundo).
Entonces cazando con mi arco sin flechas
ante un público fantasma Me sentí
vulnerable demasiadamente herible por
afuera y me metí en tus ojos que
estaban dentro de los míos y dejé
que mi voz rodara como un tronco usado
sin miedo del espacio ni de la
ausencia de las golondrinas.
Te llevo como un escudo por dentro
emperatriz de mis dientes.




EL MAPA DE LA FELICIDAD

El mapa de la felicidad es cualquier
parte
tu mano ecuatorial es la partida
si tú caminas conmigo
puedo fundar rosas con mi pie
puedo enseñarle a adorar a las avispas
averiguar el secreto melodioso
de la cola musical de las ardillas
y si la dibujo con mi dedo y tú sonríes
toda la tierra me regala su sonrisa
contigo puedo ir a cualquier parte
hay un solo país que me intimida
es un sitio cualquiera en que me encuentre
y esté solo con tu lejanía.




ME RECONOCE PERO NO ME CONOCE

Hay alguien que no lo sabe aún. Que pasa
tranquilo por delante del espejo
Hay alguien que no sabe que está
muerto
que no sabe que no es ésa su mirada
(que no sabe que le sobra un sueño una
ignorancia)

Hay alguien que puede abrir la puerta
con la misma mano cotidiana
Hay alguien que no sabe la sorpresa
que camina con olor a puñalada.

Hay alguien que lleva entre la carne
una atroz herida hospitalaria
hay alguien que aún no ve la sangre
cayéndosele de las entrañas.

Hay alguien que me mira como siempre
que no entiende mis manos a la espalda
que sospecha unas rosas o claveles
en lugar de la honda cuchillada

Me reconoce pero no me conoce
Sabe que me ha visto cuándo y dónde
Hay alguien que no sabe nada

Yo traigo detenido su reloj en mi bolsillo
Yo traigo su mirada ya apagada

Y un retrato en la mano del cuchillo.

(Es el tuyo, dime cómo he de matarla)




DOSIS DE AMOR

Quisiera que fuéramos los dos
tomados de las manos
tomados de la saliva
atados del aliento
enredados por la mirada
sin haber sabido contar nunca
sólo guardando el número 1000
para decir estrellas
para numerar palomas
para saber que ése es el número
uno de los besos
la mínima dosis de amor entre los dos.




ESTA SOLEDAD...

De repente siento que me he vaciado
que soy un vertedero de una
destituida ciudad del aire
siento que soy una sentina de despojos
donde se pudren las carcasas
de algunos monstruos descartados.
Todo género de criaturas
se demora a exagerar mi podredumbre.
Esta soledad me ha desmesurado tanto...
Espero cualquier milagro
una ventana que mire hacia otros
sitios
podría pasar a hacer un nido
en mi nariz.
Estoy harto de mis sienes
que no inspiran ni la más
elemental arquitectura
ni una gaviota ha querido
refugiarse en mis orejas
Los escarabajos creen que soy
el mueble donde se guarda
el demoníaco insecticida.
Y se van por supuesto.
Tal vez fuera mejor ser ese mueble
así tendría el veneno por adentro.
Estoy harto de esta coraza
de kilómetros hacia cualquier parte
Voy siempre empapado de meses
huelo a moho
de eterna postergación.




NO SÉ POR QUÉ

No sé por qué no puedo quedarme
con el aburrimiento
con la tranquilidad
con la paz de las ventanas
—algunas—
con un copo de tedio
y un amainado vapor
de besos colgando de mi boca
No sé por qué no puedo
morir de tiempo
y debo suicidarme
vivir de súbitas lámparas
de relámpagos agachados
que me asaltan
de emboscados fervores que me
iluminan de repente.
No sé por qué.
Dejo mi cama al alba
Dejo mi hambre
clavado en un pan manso
como un furioso cuchillo
y cierro mis ojos sin
portazos
Despidiéndome a mordiscos
de cada lentitud
cada amansado abismo
cada espejo de lenguaje cotidiano
cada nombre que he sido
obedientemente.
No sé por qué.




TIRAR LA CARTA Y UN POCO DE TU VIDA

Escribiré una historia para no contarte nunca:

Era una desnuda casi tímida mañana.
Por una calle tímida y desnuda
un poco trigo y otro poco llamarada

tú llegabas enumerando las esquinas.
Y bajo un árbol para el que faltó palabras
como un pájaro cualquiera tú te detenías.

De un bolsillo donde viven con veranos
a veces unas lacias golondrinas
tú extraías una carta entre tus manos

y despacio silenciosa la leías.
Aún no era la hora de encontrarnos
faltaba un poco para el mediodía.

Sacaste tu cuaderno de jardines
y acariciaste con tu boca algunos pájaros
yo nunca habré sabido qué escribiste.

Era una plaza tranquila como un lago
como aquella donde deletreábamos la menta
el cielo estaba quieto como un barco.

Era tan fácil que fuera como aquélla.
A lo lejos alguien se acercaba
te peinaste con la sonrisa alerta.

Eran más las mariposas en las plantas.
A lo lejos... Se cerraba la promesa.
Y tus ojos en azul se evaporaban.

Querías esconderte, transformarte en amapola
y asaltarme al pasar bajo las ramas.
De repente se incendiaba cada cosa

todo el día en tu mirada que temblaba.
En tu alma remontaba una gaviota
y diluvios de ausencia se secaban.

Era la hora en que los sueños se cumplían
era el momento en que tus vidas se juntaban
y en que se besaban los astros y las profecías.

Era el mismo tiempo que en las cartas.
De repente algo en ti que se encogía
algo extraño en la figura que llegaba.

Pusiste tu cara entre las manos
tu clara cara enamorada.

Como cualquier hombre siniestro pasa
no era yo, esperas todavía
con la paciencia quieta de una casa.

El mediodía ya te da la espalda
la tarde remonta su rostro solitario.
Tal vez ya no vendré, tal vez mañana.

Por la misma calle de sonido lánguido
todavía espiga pero ya apagada
te vuelves sueño atrás, con roto paso.

Vas goteando mi carta por el aire
hay algo atrozmente desolado
de repente mi nombre es: nadie.

El tiempo llama a un sueño largo
con nudillos de nieve y de agonía.
Puedes olvidar el sitio, la calle y el árbol

tirar la carta y un poco de tu vida.
Ya no vendré, me atraparon los zapatos
del rastro que me precedía.

Ésta es una historia que nunca habré contado.




EL AMOR TOTALITARIO

Entre vertiginosos glaciares
y volcanes eyaculando
entre frenéticos galopes oceánicos
entre raíces de mano denodada
partiendo la mandíbula terrestre
entre semen de mariposas y sonámbulos
entre la madera yéndose
de todos los violines enterrados
donde pisa la luna como un
gato
en los cementerios de las rosas
en cada alvéolo residencial de los veranos
en las tráqueas furiosas de
la tierra
quiero que repartan la ceniza
de tu cuerpo y del mío
quemados una noche
persiguiendo el orgasmo por
los huecos raudos de tu carne
así haremos o seremos
el amor totalitario
y no seremos parte de la tierra
sino que ella será una parte nuestra.
No me basta la vida para amarte.




ALTAR DEL UNIVERSO

A veces pienso que eres una niña
aunque haya algunas cruces en tu cuerpo
y tu mirada tenga cicatrices
A veces tropezando y recogiendo
las remotas ruinas de tu aliento
siento que tu edad no pertenece al tiempo
que tu voz de arrecifes martillados
acaba de nacer en una espiga
y viene de lejanos puertos
Te pareces a un Dios aún no inventado
a un altar para todo el universo
Tal vez por eso eres una niña.




LEVANTO UNA ANTORCHA DE SUEÑOS

El aire viene con turbias herraduras
a pisotearme los párpados
el silencio viene con inmovilidad turbulenta
Yo levanto una antorcha de sueños
esgrimo una estocada de poesía
Y muero con tu nombre entre los dientes
acribillado de ventanas y relojes




LA PÁGINA GRANDE DE PALOMAS Y VERSOS

I

Es la hora de ti, es cuando llegas
y atracas tu perfume inmenso
entrando como el alba por la puerta.


II

Intento medir la poesía con tu nombre
pero no me alcanzan las palabras
para contenerte.


III

De tanto llorar alimenticias muertes
hay cal en mis ojos para esta catedral de llanto.


IV

Hay rincones que arrecian sobre mi corazón
tú arreciabas mi corazón.


V

He llegado hasta la soledad
al puente del tiempo
al lugar donde creciendo
se quiebran las palabras y me canción
Me. Canto.


VI

as never
as possible


VII

Vivir somos esto.

desollados como la harina


VIII

Quiero morder tus ojos
caberte en un firmamento de párpados
y no mostrarte nunca la salida.


IX
HUELLA

Por aquí pasé y dejé esta huella como testimonio
de mi búsqueda. ¿Dónde estabas
durante toda la lejanía?


X

Estas horas me acantilan detrás de mis ojos.
Soy un rey de traje chamuscado, sentado en su desvencijado
trono, en el medio de una ciudad derrumbada y
arrasada.


XI

honda flor de
ausencia
hondamente flor
de soledad, las
sirenas de la noche
llaman pero
el silencio no
tiene partida


XII

Esculpo inmensidades de
sed en mi boca, anticipando
el polen de la tuya.


XIII

Como un hechizo, surge entre vahos de silencio y delirio
el milagro peninsular de tu cabeza, como un faro
para las naves de la espera


XIV
CON TU VOZ AL ROJO VIVO

harapiento de lámparas

tu voz salta como un arco
como un gato cereal en el teléfono.


XV

ven, bébete mis manos en celo.
bébete de un sorbo mi deseo
como un monstruo acechante y oculto.


XVI

Aquí mi boca te buscaba en el aire
y recogía una promesa


XVII

Besos, besos
como pasos de eterno
caminante por tu
cuerpo.


XVIII

en el fondo
reseco de los
lagos viven mis
caricias como
alas arqueológicas.


XIX

Como sigue tu cara después de las fotografías
como se desinmovilizaba que decías


XX

Siempre
empieza
constantemente
como un río
este amor
que no termina
nunca


XXI

me regalaste una tormenta de claveles.


XXII

amarte
con mañana

a tu estatura


XXIII

exiliado a un sueño, como un sobreviviente
exiliado al vino


XXIV

Como un pabilo ardiendo constante (como una vela)

tu imagen arde.


XXV

tu boca es la desembocadura del
alba
manantial del universo
cerrojo de palomas emigradas
y además la canoa de mis besos
(y la quilla de tu lengua)


XXVI

efigie

Tu pelo de gaseoso trigo

terrestre anatomía


XXVII

con dedos melodiosos
deletreabas la menta


XXVIIII

para cantarte

mi amor
a quemarropa


XXIX

If I could lock your memory
with my dreams
If I could


XXX

No me dejes en esta tiniebla de tu vida
con mi soledad. Dile que se vaya, que me deje
solo.


XXXI

Hoy te extraño como nunca
¿cuános siempres caben en el nunca?


XXXII

Dios es tantas cosas que no puede decir yo.
cuando dice yo dice nosotros


XXXIIII
BIER KELLER

cuando fui a este sitio
tenía tu carta en mi mano
y mi corazón se remontaba
como la primera paloma del día


XXXIV

Mañana estaré más cerca tuyo
tendré mi pasaje en la mano.


XXXV

atracando canciones
en tu oído
me volví ancla de besos
horizonte de sonido


XXXVI

Cuando a veces
me miras como el pan
me dueles ese
hambre de tiempo demorado
que nos esperamos mañana.


XXXVII

amortajado de sombras voy esta sonoridad de silencio por el borde
más ingenital de la noche. Tu imagen me arroja una lámpara
tu boca una antorcha de sonido para incendiar al silencio.


XXXVIII

ésta es una
isla de besos
que te buscaban.


XXXIX

Recién ahora que somos
sé que nunca he querido ser
otra persona.


XL

Pasando por aquí, tuve ganas de absorberte
los ojos


XLI

Como en una selva de
trébol, viven insectarios besos
entre las papilas de mi
lengua


XLII

Hay jirones de perfume todavía


XLIII

Ahora siento que mi cuerpo
es un compacto nudo un pan un ladrillo de tajos.


XLIV

Las vidas ruedan como el agua hacia los valles.


XLV

Ya no tengo dudas de que la vida
es una fábrica de sueños. ¿Por qué diablos
entonces, no me dejan dormir?


XLVI

tu cuerpo de
misteriosas catacumbas


XLVII

Quiero un idioma que no tenga silencios
para callar a fuerza de mirarte


XLVIII

archipiélago
de besos

fusil de besos


XLIX

De tanto bajar por petrificadas venas
buzo mineral
de tanto recorrer el pasadizo
que conduce a mi memoria
tengo este olor a catacumba
esta mirada de bodega
donde maceran venenos.


L

Cuando no estamos juntos
me sobro.


LI

Quisiera ir a vivir en una flauta
para que cuando tú fueras a soplar
entrar sigilosamente en tu boca y
trasladarme dentro tuyo para
siempre como un parásito enamorado.


LII

Ven a vivirme, la soledad me amortaja
con manos deshabitadas.


LIII

El viento de la noche hurga
con frenéticos dedos multiplicados
el jadeante follaje
la luna es un sonido quieto
congelado


LIV

parásito de luz
con manos desterradas.


LV

Secundo mi propia profecía de ser

quiero secundar mi
propia primavera


LVI

Sacar de mí todos los cobardes
No quiero construirme un seudónimo de palomas.


LVII

Si puedo permanecer impasible


LVIII

cuando te digo que te quiero
el alma se me acumula en
la garganta


LIX

camuflado
mi corazón chisporrotea
trueno, esculpido, virola
y entrabas arrollando como la primavera


LX

Tú me abundaste las manos de vertiente


LXI
EL NOMBRE NUEVO DEL AMOR

Mis pies son el pedestal del delito.

cambiar los zapatos de mi historia

subordinado dedo
SE ME HA|ROTO|EL|ANILLO!!!


LXII
EL MONUMENTO DEL SONIDO

No sé con
qué palabra ofrecértelo
para que no
se me derrumbe


LXIII

mis sombras se agremian en sectas de silencio
silencio adentro
como cotidianas razas de palomas quemadas


LXIV

Ya estoy cansado de no ser Dios
estoy harto de no haberme muerto nunca
Sáquenme de aquí
ábranme los ojos
déjenme volver a mi memoria.


LXV

llevo la luz de tu piel en mis manos que saben a sombra


LXVI

Sólo alguna vez el sueño no pierde el rostro.
Sólo alguna vez el silencio sabe qué palabras.


LXVII

Tu orgasmo como un escalofrío del mundo.


LXVIII

Tantos tiempos hay en un mismo tiempo,
tiempo de tantas cosas.




DÉJENME DECIR QUE TENGO MIEDO Y HAMBRE

Llévense todos estos seudónimos
esas fotos retocadas
esos currículums vitae inundados
de nadie.
Déjenme solear mis cicatrices
déjenme decir que tengo miedo y hambre
No quiero tumbas de plata
quiero más mucho más,
toda la tierra
déjenme vivir mi muerte con naranjas
transcurrir estas lánguidas palomas.
Déjenme solo con la melancolía
y con la palabra gata
que es mi preferida.




MIS SUEÑOS DE AIRE

Voy a expulgarme hasta el último clavo
voy a tironear de todos los cobardes
que tengo por adentro hasta sacarlos
los voy a clavar en un espejo
Voy a quemar sus ojos pedernales
y a pisotear cada uno de sus dedos.
No quiero un seudónimo de palomas regaladas
prefiero renunciar todos mis sueños de aire
quiero la justa medida de mi alma
acepto llamarme incluso: nadie




ÁTAME, CLÁVAME, INCRÚSTAME

Téjeme un vuelo con tu aliento
píntame un olvido en mis recuerdos
dibújame un ancla con tus dedos
que se me vaya metiendo muy adentro
dame a beber tu sonrisa sin inviernos
lávame con tu lengua todos estos senderos
después podrías secarme con tu pelo
y cantarme esa canción que traes de tan lejos.
Átame muérdeme no me dejes suelto
clávame suéñame no me dejes tiempo
incrústame en tus ojos no me dejes lejos
Apaga por favor esos espejos.
Diles que algunos caminos ya me fueron
Cierra ya la puerta, démonos un beso.




MEJOR QUE LOS SUEÑOS

Un poco de vino para imaginarte
un libro de poesías para oírte
un jardín perfecto para sospecharte
Y luego vienes tú y comprendo
que no hay ninguna imagen que me alcance
que eres mejor que los mejores sueños.




VENAS DE LA DISTANCIA

Esos caminos misteriosos
que no sé dónde conducen
todos me parecen las mismas
venas de la distancia
Caminos de partir
Cuántas lejanías esperan
detrás de cada rastro?
mujer, lámpara mía
no soporto las cicatrices
de la tierra
y menos mojadas por la lluvia.




LA POESÍA SE ESCRIBE A VECES

La poesía se escribe a veces
otras veces sólo se respira
a veces no tiene palabras
a veces le falta la tinta
Otras veces son inútiles
estas casas de tablas en fila.
Hay un vaso una sed una guitarra
pero puede que falte la poesía
La poesía se escribe a veces
y otras veces es cuestión de vida




HAS ENTRADO COMO UN VENDAVAL

Has entrado como un vendaval
pero no has golpeado puertas
no has empolvado las fotografías
no has deshojado ni los calendarios
ni las viejas rosas
has entrado como un vendaval
y has seguido tu camino
conmigo en tus brazos,
tal vez la puerta se ha quedado abierta.




NO QUIERO AGOTAR TU SONRISA

Ahora debo callarme
mi voz tropieza a cada letra
como un extenuado mensajero
Además no quiero cansar
las sorpresas escondidas en tus ojos
No quiero agotar tu sonrisa
No tengo otra cosa que decirte
que la piel incalculable del aire
esta distancia lentamente
y tu rostro que nunca se disipa.
Debo callarme ya porque...
perdona! no quería despertarte.




ME SIENTO COMO VIVO ENTRE LA MUERTE

El invierno está llegando con su
aliento desolado
desmantelando verdes cabelleras
instaurando sus dientes extendidos
cancelando caminos con pétalos helados
Es el advenimiento del tiempo
los jardines se van por la ventana
La poesía es más difícil
como caminar entre los labios
múltiples de la nieve
Ya no tengo el color justo del geranio
los plátanos me muestran su inmovilidad
leprosa, su estructura de cicatrices.

Todo parece más viejo y más lento.
Me parece que nunca voy a volver a verte
Desde este asedio nevado
me siento como vivo entre la muerte
entre la postergación y la demora
como una semilla entre la roca
como el último poema de un soldado
que agoniza sin papel ni testimonio.




SIEMPRE LA MISMA MESA PARA EL MISMO HAMBRE

La tierra es la misma en todas partes
la misma mejilla
los mismos párpados los poros
los mismos hormigueros
guantes de la lluvia
la tierra es la misma en todas partes
donde yo vaya con estos mismos ojos
y esta memoria que siempre se me inunda.
Siempre la misma mesa para el mismo hambre
y el mismo pan en marcha sin reposo
siempre el invierno y el verano equidistantes
y las otras estaciones genitales
La tierra es la misma en estos ojos
a veces incendio en los estambres
a veces un otoño de despojos.




ESTOS LINGOTES DE POESÍA

Poco a poco, verso a verso
lágrima a lágrima me acerco
a la interrumpida senda
donde termina mi alma de mina abandonada
toco estas palas
aquel montón de mineral humedecido
estos lingotes de poesía
mientras me voy internando
con la lámpara apagada
con pasos de espejo con ojos de recuerdo.
No puedo ser la vida de memoria
De la entraña que muerde su mordaza
de la veta que se descalza su hondura
viene cada flor vencida
cada palabra como cadáver de paloma.
(Me he dicho que no debo
tener miedo de esas fotografías
que me espolean con remordimientos.)
No debo tocar los andamios desvencijados
no debo cambiar ni un escombro de lugar
porque las galerías
podrían derrumbarse sobre mí.
Mi vida me espera con mañana
a la desembocadura oscura
de esta caverna.

No quisiera tener acceso a tu camino
de tu mano clara
dejando detrás de mí un derrumbe
indescifrable.
No quiero que seamos con alguien
que no soy
Quiero nosotros con integridad
de isla infinita.




MIENTRAS YO VIVO ME LEVANTO Y CANTO

No voy a tener miedo del oprobio
no voy a respetar ajadas leyes
no quiero los yugos de los bueyes
prefiero la paz de los microbios

No necesito las llaves de las puertas
mi cabeza me sirve como ariete
quiero tener corazón de barrilete
zarpar sin anclas derramarme sin compuertas.

No me vengan con espejos destituidos
a mostrarme mi imagen con espanto
mientras yo vivo me levanto y canto
y todos crujen con cementeriales ruidos.

no quiero saber ya nada de esos cauces
quiero errar por la copa de los pinos
como lluvia de dedos peregrinos
Desde el cráneo de la tierra hasta sus fauces.

Ya no quiero acatar estos zapatos
mi corazón se voló por la ventana
déjenme hacer el amor con la mañana
Déjense ya de apuñalarme con retratos.

Quiero todas las alas de la nieve
irme innumerablemente por el viento
estas que dejo son de un vuelo lento
quiero otro de vértigo, más leves.

El que quiera para el aire una cadena
el que tenga candados para el canto
puede adelantarse para uncirme al llanto
y dejarme allí para morir de pena

Yo sé que el amor ya es desusado
que ya no se usan las tenues mariposas
que hay clavos de dolor para las rosas
que las palomas vuelan con candado.

Pero yo no quiero irme a ningún cielo
no quiero ángeles de sonrisa obligatoria
ni caballos de plata para remontarme, ni gloria
ni alas prestadas ni regalado vuelo.

Prefiero morir con mi rumbo funerario
y elegir por estrella de mis pasos
tu sonrisa que tiene algo de ocaso
e irme a un infierno mucho más hospitalario

Pero yo tengo en himno el aliento y la mirada
y ando entre los jardines sobrevivientes
pintándome con estrellas y lágrimas los dientes
Y ya no me queda rabia para nada

Para qué decirles con esta voz su nombre
es una mujer de plenilunio y de manzana
tiene hondura de cielo y mirada que mana
salió de la tierra con el rumbo de los hombres

es hija es amiga y es hermana




LA ESTRELLA DE MIS PASOS

No quiero irme a ningún cielo con alas
regaladas ni prestado vuelo
no quiero ángeles de sonrisa obligatoria
como caballos de plata para remontarme
prefiero morir con mis propios pasos
funerarios
irme a un infierno mucho más hospitalario
mordiendo rebelión hasta enterrarme
y elegir por estrella de mis pasos
tu sonrisa que tiene algo de ocaso
aunque se alcen bosques de condena
y desaforados alaridos y me quemen
en una hoguera de podrido semen

un infierno de tus besos será mi única cadena.




ESTA TRISTEZA YA NO TIENE LÁGRIMAS

Me siento solo con todas estas cartas
cuando escribo, tú lees por mi mano
pero a veces releyéndolas callado
me siento atragantado de palabras
Sonámbulo camino por las páginas
como el último noctámbulo trasnochado
me acerco a conversar con ese gato
esta tristeza ya no tiene lágrimas

Este cuaderno es una larga casa
que edifico con la boca y con las manos
para que traigan tus ojos su verano
a iluminar a nacer cada palabra
Por eso en estos versos me siento abandonado
porque tú aún no has llegado con tus lámparas.




TODO EL SONIDO EN SÓLO UN VERSO

Quisiera para mi boca unas aves sencillas
la voz de las cañas el olor del agua
para tejerte canciones que vuelen descalzas
que sean como el nombre de la melancolía
Quisiera el cuerpo torrencial del mediodía
para que mi voz no necesitara alas
y las venas de las alcantarillas
para asaltarte dentro de tu casa
Quisiera cantar con el silencio
abrir mi boca todo el aire
tener todo el sonido en sólo un verso
hablarte con todos los lenguajes
regalarte de canto el universo
y seguirte cantando con callarme.




TU NOMBRE QUE YA SOLO ES UNA CASA

Aquí había una hoja en blanco
un pedazo de hierba nunca hollada
de este camino de estelas ensanchadas
tengo que llenarlo.

Calafatear, como una abeja minuciosa
con boca textil teje la celda.
Cualquier célula del aire me sirve de cera
este panal es la casa de las rosas.

Basta que al final de mis murallas
ponga como cruz que todo lo tripula
la estrella capital de esta arquitectura
tu nombre que ya solo es una casa.

No debo buscar desesperado
algún material que me sostenga.
Algunas páginas ya tienen piedras
aquí puedo poner los lagos.

Hay otras extensiones más boscosas
territorios de avidez y precipicios
Cuevas feroces, anatomía de sismos
este planeta tiene muchas cosas.

Lo que no debe tener es un país en blanco
una pradera sin hierba ni tierra
No hay lugar para el vacío en mi pradera
por eso estoy aquí con mis palas al trabajo

Llenando con la carne de las cordilleras
este valle vacío, inhabitado.




LOS RESTOS LUMINOSOS DEL ENCUENTRO

Ahora ya tengo que levantarme
hay sirenas zumbando en mis zapatos
mi camisa revolotea por la pieza
hay fotografías que este día me esperaba
Voy a meterme bajo la ducha
Quiero entrar limpio a la aritmética del aire
Ya no importa que el agua me destruya
que irrumpa con sus dedos suaves
devastando el olor de nuestra noche.
Todos aquellos trofeos sagrados
las huellas sonoras de tu cuerpo
están a salvo en las grietas de mi alma.
Además me he cambiado tanto de camisa
mejor es de verdad que ya me lave
no quiero confundir con el silencio
con el aire viudo de esta pieza
los restos luminosos del encuentro.




OVARIOS DE LA MAGIA

Dibujaría palacios de música
cataratas de violines con heridas
palomares de flautas
y arpas torrenciales
construiría espacios con acordes
cañaverales infinitos de guitarras
llovería lentitudes como nieve
arreciaría telares de canciones
Desbocaría los brazos de un relámpago
y en una orquesta de cielos derretidos
en un tornado de gargantas planetarias
en los exactos ovarios de la magia
como un diamante arrullado por volcanes
pondría tu corazón con cuidado.
Todo para que no se apague tu sonrisa
para que no se extingan los manantiales de tu
boca.




MORIR DE VIDA

Puedo morirme de aire
de puñal de vino de fotografías
de un martirio cualquiera,
de poemas, de páginas vacías
puedo morir de vida, la única manera.
De qué puedo vivir ¿entonces?




NUESTRA CANCIÓN

la canción cae al alma
con mojados dedos
con gotas de piano
Mi garganta se agacha
mi memoria se arrodilla
la canción busca mi boca
para llevarla a tu oído
La canción tirita
La canción tiene frío
Que ya no la canten
los gondoleros ebrios
ni la canten los niños
ni la canten los presos
que nadie la cante
que no la hayan escrito
Que se quede en tu cuerpo
que se quede en el mío
Que se la olvide el aire
que la olvide el sonido
Que ya nadie la cante
que nunca haya existido
Que se quede entre nosotros
como un tácito himno
que suene solamente
cuando yo te miro
que ya nadie la cante
ni el silencio infinito




Y YO SOLO PARA LA SOLEDAD

100 pinceles para tu cara
todas las flores para tu olor
todas las mariposas que flotan la mañana
para poder tu mirada
todos los vientos para tu voz de camalotes
flotando en la luna
y sólo yo para tu distancia,
retrato absoluto de la soledad.




CIEGO Y A TIENTAS

si tú supieras lo que es cruzar
ciego y a tientas los inmensos
territorios de silencio y de soledad
por las noches sin luna y sin barandas
mordiendo los ojos con los párpados
apretados de fervor sin fe
y las manos cerradas sobre el lugar
que dejaron las tuyas
y el nombre tuyo dicho a veces
ronca e inconscientemente
como si susurrara

"dios mío"




PEQUEÑA MÍA

Pequeña mía, camoatí de melodías no inventadas, cueva de flautas pastoras del oro
Quiero hablarte a veces
sin decirte nada. Pasear
de tu nombre por la atmósfera, volar de tu mano por la música, acampar en una mariposa y clavarme una manzana para tener un corazón.
Tal vez en las alas del tiempo, tal vez con las prestadas sandalias del destino, tal vez porque sí, porque dios, porque caminos; yo no sé por qué pero nos encontramos.
Ahora me parece que saliste de una profecía, que a través de muertes y mañana vine buscándote y que ya mi brújula puede echarse a dormir como un fiel perro de caza. Tu voz es la medida exacta de mi oído, tu cuerpo es el barco de todas mis tormentas, tus ojos tienen enterrados talismanes, tu pelo es el país natal de mis caricias.
Tú me indultas lo más arduo de ser hombre = ya no me pregunto por los irrespondibles dioses. De repente comprendo que vivir era una búsqueda y puedo dormir calentado por el fuego donde se queman mis gastadas herramientas de caminante.
Me he preguntado muchas veces por qué tejo estas redes, qué quiero pescar con mi poesía. Era tu alma, un pez originario. Pero las redes cayeron de tus ojos y estaban tejidas con hebras de vuelo de golondrina. Y no eran redes de atrapar, eran como manos de secar el sudor de las bestias atrapadas, toallas de sueño para los que nacen enterrados.
Me contaste que te amamantaste de lámparas, que pacía en los espejos de tu cuello sus raíces de luz la madrugada.
Me contaste que a veces te vertías por las ramas amargas de la noche y volvías hecha de rotura y extravío.
Me dijiste que tenías cementerios en la boca y algunas cruces en la piel y en las palabras.
Me contaste de dioses de diamante que bajaban con los ojos por el aire y me enseñaste a jugar a ser un dios de ésos.
Y cuando te tocaba yo tañía el universo.
Me contaste tantas cosas, por ejemplo que la boca no era herida ni dolía, que ése era el sagrario de las profecías, que todo lo que hacía era de besos.
Me enseñaste a jugar a los naufragios. Yo tenía alguna sal en mi madera. Pero tú eras mares diferentes y me devorabas y me devolvías.




PARA QUÉ NOMBRAR TODO EL AMOR

Duele muerde devasta
se hincha como la música en un templo
salta gime vuela, lámpara
ilumina, canto, oscuridad
para qué nombrar todo el amor
vivir es escribir su nombre.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
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Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt Lun Ene 24, 2011 2:57 am

Continúan los poemas, Dios mediante.


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Poemas Empty Camino de la sangre hacia la luz

Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt Lun Ene 24, 2011 2:59 am

Poema 1

ensangrentado de silencio
resucito entre los escombros de mi última batalla

alguien pasa a comentar mis soledades
el caracol pierde su historia sin testigo
alguien lleva mi secreto de mar entre los vientres

ahora es de noche
y es el mundo
también es la tristeza y estoy al silencio
mientras el mundo
y los oficios se consagran a las paganas sepulturas
derogando viajes remotos sin relatos
los ojos se alzan sobre las brujas
y los niños asesinan al otro lado del miedo

yo tengo silencio
grito de silencio
muero de silencio

castillo de cristal
y sol afuera
porque mi soledad se obstina
en mis acechos

el mundo sigue siendo afuera
porque soy el necio
que enumera sus tristezas con tinta




Poema 2

un día mi tinta será
sangre
saliva de estrellas
congeladas más acá del invierno
como unas flores para siempre

nunca he dicho amor
porque no tiene rumbo
mis ríos mueren en mis
manos
y mi tinta será
o es un sueño
sangre
porque aún no digo amor
y el insomnio
me obstina la poesía




Poema 3

hoy me sobra voz para el silencio

el cielo tirita
y el corazón tiembla
lejano de mar y alto de sombra

por eso quiero alzar mi garganta
para lavarla con el viento
para completar el sacrificio
de mis oraciones




Poema 4

cuando inaugure mi historia
habré pasado la espera

hoy soy mi propio testimonio
el heraldo de mis soledades

y digo solo porque mi historia tiene un solo nombre

el mío




Poema 5

si tu rostro me sirve de lámpara
cuando tanteo el terror del mundo
extraviado de tableros
y geométricas consignas
en las guerras que derrotan sus
mismos estandartes
entonces habré vencido mi egoísmo
me habré encontrado el corazón
sepultado o crecido de las ruinas
sin plegaria

nombro las tumbas de mi cementerio
y rezo ante mi cruz




Poema 6

la gente rueda a mi lado
decapitadas las manos
consumando rencores laterales
y sumando fusiles amontonados
de sangre y de flores que vendrán
sobre los cementerios sin nombre

y yo no atino a suicidarme
y no resisto el terror de ser el último




Poema 7

todavía tengo tiempo para los juguetes
para embarrarme las manos
y dormir sobre mi madre mientras
fuera los hombres desenvainan las guerras




Poema 8

para embarrarme con tu sangre
porque quiero untar mis manos
con el vientre de la tierra
enjuago en el fragor de tus ojos
mis manos de largos silencios




Poema 9

tú te laceras contra los zaguanes
arrastras tu derrota alargada de días día a día

y luego la tristeza se te llena de ternura
y la piedad se quema en tus manos sin mendigo

yo digo tu dolor
un presagio presentido
se me vuelve sabor

y el mundo te pasa lateral
dejando un reguero de feroces carcajadas

yo digo tu dolor
y soy un poco el mundo
un poco
tu costado
y persigno la tristeza en tu espina
aunque no sepas nombres
aunque no sepas rostros
y aunque yo para ser más mi imagen
me acerque a tu bondad
y escriba




Poema 10

mis sombras se agremian en sectas de silencio
silencio adentro
como cotidianas razas de palomas quemadas




Poema 11

mi voz marcha por tus arrabales
esta noche de escaleras y zaguanes
de la sombra gutural y los mendigos
y la ternura acurrucada en los aleros
mi voz rueda como el ancho otoño tierno del rocío
desde lentas y ahorcadas cañerías
y la irremediable claustrofobia de los ciegos

este absurdo trajín de calendarios
siempre es siempre
el día es porque paso
me gasta o me completa como un árbol

siempre queda todavía
cuando ya no quede me encontraré
tendido sobre mi propia muerte

mientras mi muerte será
absurda larva
renuncia y
materia en un punto batallada

después de estas ciudades
estos espantos asestándome
balcones y oficios de engranajes




Poema 12

más allá de tu tristeza está tu olvido

hoy tengo tu tristeza
larga todavía de tardes vacías
con nombres rotos como cartas de lejanas
batallas
largos cementerios
tumbas que suceden
a historias sin respuesta
y estos domingos callados
sonoros de silencio
porque tu tristeza es mía
agregada desde la soledad a la tarde
o recogida de las cosas que son este domingo

más allá de tu tristeza está tu olvido
pero cuánto rastro
mientras tu tristeza todavía




Poema 13

la sangre se empecina en la sien de campanario
goteando sapos
como los relojes de los borrachos en la madrugada




Poema 14

para clavar en tu silencio la raíz de mi garganta
y derrotar las largas trincheras de rituales sombras
para desenterrar un pájaro de empeño que te empuja
y hacer con mi albedrío la libertad de tus alas
levo anclas de mi barco de destierro sin principio
y desboco de azul mi paloma de diluvios

al otro lado del silencio eres un poco el mundo
y hasta allí levanto el canto que se me vuelve grito




Poema 15

es la tristeza
estoy de noche como una raza de solitarios
y no conozco mis hermanos

desde lejos
en el olvido circular de los relojes
vienen aboliendo campanas
gigantescos ritos de mecanos y de álgebras

las abejas son un error de los insecticidas
y yo no tuve aún la hipocresía de morirme
y ser importante como los silencios

la ciudad es un panal de cuadradas soledades
tras de algunos muros se doblan las parejas
tanteándose brutal los cementerios

y yo erijo los lutos de mi historia
como un largo camino
canto monocorde de mi sola manera de cantar

es la tristeza
larga historia
de llorar sin testimonio
y olvidar de madrugada como un loco




Poema 16

los hombres viscosos de sectas
empujan
atesonados de esquinas
transportando himnos paganos
y arrastrando sexos por las veredas
y un mendigo ciego en el umbral
de un templo
pregunta por el oficio




Poema 17

mi sangre es un largo silbido y a veces
brama en invierno como los
aleros que se llenan de tormenta




Poema 18

hay veces en que los mecanos de la vida
se quedan sin sentido
y el alma se levanta para rezar




Poema 19

si tú supieras lo que es cruzar
ciego y a tientas los inmensos
territorios de silencio y de soledad
por las noches sin luna y sin barandas
mordiendo los ojos con los párpados
apretados de fervor sin fe
y las manos cerradas sobre el lugar
que dejaron las tuyas
y el nombre tuyo dicho a veces
ronca e inconscientemente
como si susurrara

"dios mío"




Poema 20

el corazón es como una trompeta
de sol que alumbra un canto de
rayos de sangre

es un empeño de pájaro como un
herrero eterno
como un fogonero
remero inevitable
galeote de puño equivocando mariposas

es un eco carnecido
que deletrea arietes para la sangre
es un reloj de arena roja
y yo un puñado de laberintos de horas de sangre




Poema 21

el cielo
como un compañero de diálogo
confidente
con el pecho amedallado de luna
como un corazón crucificado
en una cruz de silencio
ya no me responde

debe estar hablando contigo

un día era como un beso para dos bocas
hoy es como un río
para dos costas




Poema 22

esta noche puedo morir de luz
puedo huir despavorido de una vela
¿qué decir?
me hace falta una palabra nueva
es como si la sangre
se hubiese hinchado en el corazón

es como si esa hache de empañamiento
de los ojos bajo el agua estuviese
emburbujando el alma

creo que si me hiriera
comprobaría mi sangre de madeja




Poema 23

la voz de las páginas
tiene una mordaza para su silencio
en nuestros ojos

estrenamos palabras viejas
simultáneas de sí mismas y enredadas
en todos los instantes desde ellas
hasta nuestros ojos y las comprobamos
viejas

hay un puente puntual
como un intersticio entre instantes
consecutivos sobre un río que es
lo único que existe




Poema 24

la música es un baile de fantasmas derretidos
es el alma del agua disuelta en las almas
es el humo derramado por itinerarios de perfiles
de rostros y de cosas

es como escribir palabras con hebras del alma
y dejar entrar por ella una brisa de estrellas
es como liberar banderas en la sangre
y dejar que el carro del corazón
las arrastre
es como hacer flamear una mirada
o dejar evaporar una mano
o peinar con los dedos del corazón
la cabellera de dios




Poema 25

me bastan
las dos teclas de tu pecho
para cantar sencillamente al amor
tartamudeando de a sorbos la
poesía de la sangre




Poema 26


que sobre la tierra reseca
de mi alma
has podido un altar
de tierra húmeda como un vientre
tendrás
todas las flores de mi huerto
abeja mía
como se afana la tierra
sobre el sitio de un muerto




Poema 27

tanto silencio he recorrido
tanta soledad he sido
que hoy me bastan estas pequeñas cosas




Poema 28

mi tristeza
una manera de tus cosas
te nombra por aferrarse
a su propio naufragio




Poema 29

mi tristeza tiene una puerta
y yo no sé dónde empiezan los muros




Poema 30

un día iré a buscarte
cáliz de sombras
como la abeja a la callada muerte de la
flor del veneno

beberé de ti el embrión de la noche
como un
polen amargo
y no podré arrostrar mi propio silencio
y moriré con tu nombre callado
clavado
en la última idea
como la última seca mirada que
ya nadie podrá descifrar




Poema 31

tras de la niebla un faro hiedra luz
su afónico sonido se propaga
amarillo entre el polvo de humedad
yo busco la noche
me ayuda a callar

no me gusta el silencio
pero mi sola voz no basta para
romperlo




Poema 32

no sé para qué quiero
que llegue el momento
de nuestro encuentro
si cuando debamos
luego
separarnos
querré estar esperando
aún para juntarnos




Poema 33

un grito naufraga en alaridos neuróticos de fábrica
no hay tiempo de llorar entre teléfonos y válvulas eléctricas
que tienen los gestos de las voces humanas

no hay un gramo de tierra puro de probetas

ya no quedan guitarras tímidas de esquina
ya no quedan faroles apagados como cómplices
se ha perdido el misterio de los pájaros




Poema 34

la noche fría se me adhiere con
exactitud de lugar
quepo en el
frío duro y vítreo como si la noche
copiara mi contorno como el mar de algún naufragio

es una manera de soledad
los edificios son calaveras enderezadas




Poema 35

me desperté a un lugar extraño
y grité y el silencio gritaba con mi voz
como un territorio más extenso que mis pasos
y corrí abriendo ventanas que daban
al silencio
y encendí antorchas
y tuve miedo de descubrir mi muerte
pero la antorcha ardía fuego oscuro
y las palabras que decía no tenían
cosas
y no existían significados
como si hubiese quedado en el andén
del tiempo
y no existieran dondes y no
pasaran cuandos
y el pensamiento detenido en una
letra
en la sola idea en el instante
al costado de las horas
como un reloj caído de la sucesividad
un molino que perdió su sitio de viento
y no tuve tiempo de entender que estaba muerto




Poema 36

ven a desenredar mi alma
que es un hueco de telarañas
con viejas hiedras de recuerdos
que trepan por mis muros
como la humedad

baja con tu antorcha
a clausurar
el hijo de sombras que embaraza
mis sótanos

tú que tienes la vela tranquila
de las palabras
para la penumbra de mi silencio

ven
ven
quédate conmigo
con los candelabros de tus
manos como
flores de oro o de pan
entra a mi alma como
a una casa abandonada
y abre los postigos
y saca el polvo de los nombres viejos
como limpiando imágenes

y dame el puño de tu corazón
dámelo como si fuera
una paloma de miga
y deja que se tomen
las almas de las manos
como gotas confundidas
como alas de sombra
que se injertan

quédate
no te vayas
ya tengo un nombre
para llamar a dios
no digas nada y déjame
callar con tu silencio de gruta
que afuera llueven gritos
y podemos perdernos




Poema 37

voy a indagar en tus rincones
de panal para encontrar las larvas
de tus palabras aún no
dichas




Poema 38

quiero de ti dos cosas

tu imagen para mis sueños
y tu mano para mi cegera




Poema 39

no preguntes dónde vamos

calla y sígueme
encontrarás dos que
forman uno

somos nosotros




Poema 40

soy topo y horado como el
hambre en tus orillas
barrosas y de pasto y algunas noches
perfumadas de luna
te decía amor pero más te amaba amor




Poema 41

yo grito hacia arriba
lancero del
silencio
como aleteando estocadas
al vacío
buscando un enemigo
mientras el terror
ciego

yo grito hacia arriba
poniendo en mi arco una flecha
de alarido
yo grito y digo amén
y el exilio infranqueable me
contesta
con un silencio con el que hago la
fe que se rompe contra el rezo




Poema 42

te pienso aquí
acorralado contra mí mismo
por tantos pasos que de atrás me aprietan
contra el camino terminado

desde la última vez de tu palabra
eres un modo de silencio
y tu imagen me vigila desde mí
porque sigo mostrando para tus ojos
que ya no son míos

en el lugar de tu nombre
ha crecido un recuerdo sin rostro
como un camino de música callada
que floreciera en una rama de silencio




Poema 43

en esta hora las olas del viento del silencio
rompen en los ventisqueros de las
manos dejadas

siempre te pido perdón desde mi
hondo recuerdo
como rezando por los muertos de mi
propia espada

y esta noche con las manos llenas del vacío de tu mano
faltas más que nunca
porque te recuerdo




Poema 44

no olvido que tus vértices por dentro
imprimieron abismos a mi gravedad de
pájaro muerto

eras perfectamente tú y mi alma te copiaba
todo se hundía en tu voracidad de ciénaga

iba contigo a claudicar silencios
fácilmente como cuando corríamos
por las plazas de la mano

ahora muchas cosas son incomprensibles
y muchas veces acomodo tu recuerdo
sobre lo que era contigo fácilmente

contigo y mis pasos hice tu recuerdo
las baldosas juegan el tácito ajedrez
y siempre al recordarte delante de un
vacío
pienso cómo era antes contigo




Poema 45

el eterno infinito se rompe en el estuario
hondo de los túneles que
desembocan sobre la mañana




Poema 46

todo se sueña en el primer silencio

hasta parece fácil el sol y la mañana nueva

podrías venir sin sorprenderme y el recuerdo
después tendría dos veces distintas




Poema 47

yo te quería azul y dorada como las
mañanas enormes
con tus manos transparentes como los místicos
silencios en el templo

yo te quería cotidiana y tibia
llena de las
mariposas silvestres que giraban en tus
ojos

yo te quería así
como eras fácilmente
sin la severa gesticulación de los que ya no
son niños

yo te quería indestructible y frágil
como una espada de cristal en la
fuente de un jardín al alba

eras amarilla y azul como yo te quería
tu voz polvorienta parecía agua fibrosa y
seca
y estabas llena de caminos sin
senda porque nunca fuiste caminada

yo te quería honda como los túneles pero pura
como las catedrales
de cristal
como la dimensión en que
los peces entre la mañana y la arena
son abejas sobre los caracoles

pero tenías un hueco a la espalda
como el acceso indescifrable del silencio a la muerte
y en ti la mañana
redonda al otro lado
de los túneles
rompía el eterno infinito
descifrado y no encontrado

desde ti me llegaba la piedad de la leña
y las llamas eran tiernas pero las sombras
veladas
y el fuego era un jardín
como tus manos
y la sombra del fuego procesiones de fantasmas

yo no sé si te amaba pero te era fácilmente
podía rezar con tus dogmas porque creía
en ti como creo en la mañana

y ahora tengo miedo de la noche infinita
y quiero retroceder el túnel que no
avisa el sol del otro lado

ahora sí te amo porque ya no eres mía
y ahora tengo el miedo que no tuve
mientras eras dorada porque podías
ahora ser recuerdo hace mucho




Poema 48

ahora comprendo que el
destino es posterior
al tiempo




Poema 49

la tierra también tiene raíces
y sangre
y garganta
y canta por los hormigueros




Poema 50

tu voz esbelta
tallo de gaviota y luna
manantial
mana de la entraña del
silencio
como una flor crecida de la
arena o un pino de fuego proferido por el agua




Poema 51

quiero desenredar la música
en tus manos de piano
resucitar de las algas de tus dedos un tesoro
largamente enterrado
y luego deletrear cada hebra de mi bandera de amor
y habré escrito un poema para los pentagramas de tus manos




Poema 52

empiezo
y la boca se hincha de
te quiero

el alma es el papel
donde está escrito este verso
pero
qué poco suena lo que tanto siento

quisiera decirte mucho
ligero
con continuidad de viento
como la luz
fugada del fuego
se haga luz mi voz
mientras ardo dentro

quererte en la boca

recién lo encuentro
¿me entiendes ahora?
hablar lo que siento

que el amor sea
diciendo




Poema 53

yegua de alto oro marino
vengo los pasos de quedarme
como el silencio
como se enciende la sombra
cuando se cierra una lámpara

vengo a poblarte los pájaros
bajo de otra savia que me nombra la espalda

vengo de nunca
como el tiempo
de nunca y nadie como la soledad que
siempre es alguien
aunque la gente que llevamos

por eso vengo de naves
de buzos y de
náufragos
reconociéndolo todo como un
ciego abierto
aprendiendo mi propia travesía
vengo de templos
de altares destituidos
de ojos desmentidos y de puertos




Poema 54

estás ahorcada de mar como una isla
como una isla de agua
como una luna quemada una noche oscura
y todos pasan a tu orilla

sin escuchar tus gritos de silencio
y levantan tus llamados roncos
como piedras o como caracoles
sin darse cuenta de que son gritos
con que estás gritando




Poema 55

el viento de tu sangre se repite
sobre tu corazón de molino

tu piel es de manos tendidas no tomadas

estás toda llena de abandono
como un muelle

tus ramas vanas
traman el rito de la savia

el dogma de las golondrinas te ha dejado esperando

las olas nunca borran castillos de tus playas
nadie escucha el mar quedado en el hondo caracol

los faros se han secado
las manos dimitieron
los aljibes clausurados están llenos de sal

y el viento de la sangre se repite en el molino
como un vano rito de no morir hasta morir




Poema 56

tu luna es un corazón de pan y el viento
de sangre una voz de silencio

estoy pensando en ti
por eso me siento como se sienten los poetas
me siento poeta
como para decir que naufrago a silencio
o que canto con las manos
como un árbol
de lenguaje ciego

todos los himnos quietos
me vienen por la saliva de la noche
como el barco pájaro del beso

el silencio es el himno de sonar a uno mismo

tengo la sangre en plenilunio
como el mar desbocado que se
hincha de potros

remé durante tanto viento vacío
que ya no tengo fuerzas para izar las velas
ahora que hay viento

y de repente tú
fantásticamente
real
como algunas emanaciones
de espíritu que en la mañana
confundo con sueños




Poema 57

todo lo callo
aunque recorra todas las cosas con la garganta
aunque asuma todas las palabras
aunque me ponga lenguajes en el canto
aunque grite
y me vaya por una lanza de sol que voy creciendo
aunque ordene rostros y cosas sobre las palabras que me extiendo
aunque viva el canto que me existe

todo lo callo
que todo es mucho más que las palabras
como un pájaro
que nunca se andará todas las alas




Poema 58

tu voz pálida

piedra de agua
mariposa latida
en el espejismo de que tengo oídos

como un cóndor
tu grito
lanza de hierro y sol
expandió su catedral de sombra
y debajo
una vela crecía la luna imaginaria
de los hombres que inventaron las palabras




Poema 59

el silencio llega como un lúgubre emisario
todos lo dicen a la hora
del albedrío sin cadenas

todas las ventanas dan a rostros vacíos
con los ojos verdaderos
contra rostros remotos




Poema 60

hoy el alma está anclada en el puerto de tus cosas
todas mis velas
mis distancias
mis anclas
mi silencio ermitaño
laten a tu costado como las alas del mar sobre los muelles

hoy digo el alma
pájaro fundamental
manifestado
sobre la espera secular averiguada
en el temblor de una estrella que te responde

ah
subsistirte el barro
la diaria muerte numeral
ejercida día a día en la ceniza
como un rito elemental
de nombrarnos la frente con espalda
y la espalda fugaz con la arena

hoy digo el alma
amiga
hoy digo amor
la palabra hinchada como un barco

toda mi sombra grutal que ya te acude
la alimaña feroz
lava las guerras sin muertos
con sol de pájaros
mis dientes se mezclan en la miel
hacha en el agua

soledad y sombra asumida en una antorcha

y yo que asisto a mí mismo
tanteando con el estupor de no haber muerto
el grito sideral que nos existe
atino a comprender cosas sencillas
y digo el alma por fin
pájaro manso
árbol de sombra
que tembló en tu estrella




Poema 61

hay un tiempo sin veces
donde el testimonio no tiene ahoras

un tiempo de ciegos
itinerario sin rumbo
largo cerrojo sin puertas
escalera sin alturas

como la luz y el hombre sin sombra
un tiempo pleno
un tiempo absoluto
punto de altura
infinitud de lo no elementado
eternidad de lo innumeral

a ese tiempo te vengo

hay un tiempo sin sucesión
lo simultáneo
lo aquí
lo cuando
lo donde
lo
después son finitudes de lo numerable

a ese tiempo te busco




Poema 62

potros de mar se enrollan
y desmoronan abatidos
como toldos
pero más que todos
manos de eterna desesperación
de abismo
que intentan asideros
en la arena sin dedos

hay un instante de empezar
a caer y morir
en que todo el rastro
que se encarama hasta los pies
sobrevive
como una casi potencia
de todas las horas que han sido
por la certeza del instante
que no tiene después

luego caer y detener el tiempo
que ya no puede ser vejez
ni lejanía en los recuerdos




Poema 63

amo las olas de tu pelo que rompen apaciguadas




Poema 64

amo tus dedos de mimbre que he visto
latir como palomas
y tu silencio sin principio
al que no pude asestar una palabra

amo tu vida azul que no me has dicho
la piel de tu voz nunca tocada
y esta duda de todo que te vuelve incierta

amo los mil quizás con que supongo tus cosas
tu pelo de tormentas y de olas amansadas
y esa dócil entrega en que mis mejores
palabras se hacen tuyas y esta
primera manera de hachar como
un náufrago un muro de silencio

amo este rito de mirarte a la distancia
y el estruendo de silencio
en que te callas
y esta aún lejanía que te acerca y te
hace sueño




Poema 65

en tus ojos fondeo las naves de mi honda arqueología




Poema 66

tus ojos amanecen en horizontes de silencio como barcos
y yo lleno de años de náufrago
en los muelles solitarios
de mis manos
te tomo como comulgándote




Poema 67

mi tierra no brota jardines ni frutos
pero sí el atroz laberinto de los hormigueros




Poema 68

quiéreme así
con un cariño de agua
rotos los diques de la rienda indiferencia
quiéreme así

con un calor de fragua
con un amor que quiera aun en el sueño y la inconsciencia

quiéreme leve y también profundamente
profundo por que seas tan sólo para amarme
y quiéreme también muy levemente
para que no te hastíes y llegues a olvidarme

quiéreme así
que te querré igualmente
y nuestros dos cariños de agua tendrán beso en un lago
y con calor de fragua fundirán eternamente
dos almas que se dan y que se exigen como pago

quiéreme así
con el ser desprendido
no conserves ni tu vida
como quien la perdió
yo mi ser de amor ya lo he perdido
ámame
entonces
como te quiero yo




Poema 69

la poesía me cuesta
pero con tierna voluntad podría un canto

basta buscarle la fe a un sacrificio
y copiar la devoción a las abejas

luego asestarte la ternura con palabras
sin ahuyentar el silencio




Poema 70

la poesía me cuesta como un rito que ignoro
pero creo
y esa voluntad de nombrarte con
palabras que no tengo




Poema 71

me gustaría tener el olvido rápido
de las flores que envejecen en un día
pero el tiempo tiene la implacable dimensión
de los relojes
o los relojes tienen la demora del tiempo
y mueren muchas flores por cada recuerdo que no
cambia




Poema 72

ya nada llegará

el viento ha muerto
y las manos como hélices
de molinos acalambrados
están tendidas
árboles mutilados
con rictus dolorosos y de asombro
en las ramas detenidas

el mar ha bajado
aquí sobre mi arena
de playa con recuerdos que parecen fantasía
los barcos secos
que nunca echaron anclas de renuncia y paz
pero que no auscultarán ya el
pulso de las olas
los barcos muertos
las manos
de tanto olvido
que casi ignoran los senderos
de la piel
las manos untadas de silencio y delirio
que ya no podrán acariciar
que tienen para la caricia
la carraspera hostil
del pan viejo y la madera
y que sin embargo
revolotearán otras frentes
austeras como las vasijas
y aprendidas como la ternura
que mienten
los que ya no pero que deben amar todavía




Poema 73

un día llegaste a ocupar el tú que sin ti no nombra
ya es imposible que no seas
y ahora que te sé es cuando temo que no hubieras sido

no voy a decirte que sin ti me hubiera muerto
quizá fuera feliz
y pudiera hablar de alguien como de ti
y decirle estas mismas cosas
pero ahora que eres
que tu nombre tiene un rostro
que tu voz tiene una mano
y tu silencio unos ojos
siento que otras cosas de otro alguien
no podrían amordazar mi soledad
y tripular el tú y completar el nosotros
porque pienso que te extrañaría

ahora que ya te he tenido
aunque no hubieras llegado
sentiría como haberte perdido




Poema 74

sonarán tus
ojos
vasos de cielo a silencio
como caracoles
y el mar
infinito para siempre
pero el huso de música
telar innumerable
no habrá dicho
toda tu alma




Poema 75

voy a comprobar mi corazón en tu boca
a morder desesperadamente la música
que derrite tu silencio
paso siglos ignorando idiomas
¿qué más puedo decirte?

tú sabes todo lo que yo sé y lo sabes
¿para qué entonces las palabras?

tú callas todo lo que yo callo




Poema 76

el día que el silencio se encienda
yo averiguaré sus árboles y ríos
donde hubo un muro de oscuridad
pero no sabré que el silencio se iluminó




Poema 77

al río del viento llueven latidos de silencio

pasa
y estos tallos de mi sangre vientan

yo no puedo amordazar el piano de mi corazón
y transcurren las hebras de la roja música
sangra
sangre
lato
simplemente eso
porque nada más




Poema 78

yo sé que el amor no puede medirse
sin embargo ahora que todo se te parece
sin saber cuánto es
sé que este amor es todo

tantas veces he tomado mi amor
y he ordenado los barcos habituales
que he agotado las palabras
y mi amor te sigue amando con el
mismo verbo
porque así está hecha la palabra
tomando por pétalos las flores




Poema 79

como quillas hundidas en las olas del viento
cuando vanamente busco la superficie del silencio
mis brazos devanando música
trazan la locura de campanas rotas

molina mi corazón
buche de pájaros

las velas quillando en el silencio
son veletas de tristeza

vuelan gaviotas de diluvio salvándose
ésos son los recuerdos

pendulan mis brazos caídos
a la gravedad del abismo del cielo

no sé qué rota brújula me ciega
no puedo deshundirme del silencio




Poema 80

el eco deshoja mariposas de un candelabro de viento




Poema 81

amo las voces de los hombres
manantial de trigo de piedra
púlpito de altura y viento
donde la tierra se eleva por los brazos

camino de la sangre hacia la luz

árida carne
como un terreno donde los barcos
hacen sus casas

amo la voz

el corazón de la tierra se eleva por el fuego
y yo amo el volcán
y los hombres que tensan un arco
en la garganta
baja luna que pone más allá la niebla
porque cuando el viento se pueble de silencio
cuando se cierna el silencio crecido en todas partes
se habrá muerto de verdad la verdad
y la tierra será sola para siempre


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Jorge Lemoine y Bosshardt
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Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt Lun Ene 24, 2011 3:02 am

Continúan los poemas, Dios mediante.


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Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt Vie Ene 28, 2011 4:55 am

POEMAS



1.

Tu boca late
y despunto sangre
que quedó enredada con la mía
como nuestras ramas
(podrían estar guardadas
bajo la lápida del lacre).
Tu boca es mía, es de mi boca,
como de mi sangre tu sangre,
los dedos de nuestras bocas se embastonan
en los leños del beso
como dos llamas del fuego




2.

Te pintaré los ojos cuando tú mueras,
te besaré la boca fría y seca
apretaré tus manos duras, de madera
y enjuagaré los dedos en tu pelo de cera
tenderé un silencio sobre tu piel de cala
morderé con mis manos, las tuyas pálidas
y apagaré la noche con alguna lámpara
para ver tus ojos como los pintabas.
Te pintaré los ojos, no lloraré, lo sabes
pero si acaso alguna gota sobre tu muerte cae
¿Qué más dará llorar tristezas que no sabes,
si habrás muerto sola
sin mi verdad que ignoras?




3.

Porque tú eres la otra orilla de mi silencio
Porque mi silencio es una manera de tu voz
porque ya ha sido. Busco el sueño de tu rostro
compañera, ahora que la noche arrecia sin barandas.
Busco tu mano sin vez
La paloma rescatada de tu risa
y tu cara, tal vez,
aunque no sea, y sea más allá de mi distancia
Hoy te quiero amiga,
amiga
Hoy te quiero y muerdo tu mirada sin principio
como el fervor de luna del galeote
que sobrevive más allá de la fatiga.
Te busco y te encuentro
porque eres más yo mismo
y vuelvo de mi pozo sin preguntas
con un poco de tus cosas casi sólo sueño,
y me basta tu sola vez, tu sola vez
la antorcha que arredra mi abandono
como el acoso feroz
de la marea solitaria
Izo tu mano
despavorido de sol
enarbolo tu cara sin recuerdo
y no importa no haber ido a buscarte
mi costado te anticipa
como una profecía acatada antes del día.
Ya leva anclas la vigilia derrotada
Echa amarras la mañana conquistada
y atestigua mi alma,
tal vez en algún sitio
tu verdad que se parece al sueño
aunque no hayas sido recogida
Tu voz inaugurada es un heraldo de olvido
mi silencio se suicida
y pregona tu nombre sin espalda
Es cierto nada titula la palabra
Pero sin haber perdido
recupero de otra nada
tu cara ausente.
Ya no más tu olvido sin recuerdo,
ya no más mi distancia
sino tu lejanía
y en el pan sin oficio que era espera
ya tu rito
tu costado cotidiano presentido,
compañera, amiga,
cómo te quiero amiga
esta noche.




4.

Era un altar de madera que dormía
y dormían en su sueño misas pasadas
y un cáliz con sangre marchitada
y dos velas chamuscadas de llorar su existencia
sobre su muerte lenta, lentamente.
Y una flor arrugada, caída de una ofrenda
y en ella el cadáver de un perfume desteñido
y me acerqué y mentí la devoción hincado
y lo abracé y tomé la flor
y adiviné el perfume
y me crucifiqué en su cruz
y fui yo y también un clavo
y lavé el cáliz y siguió llorando
y me bajé de la cruz
y no guardé los clavos
y salé a savia de la madera donde fui crucificado
y el cáliz siguió sangrando y las velas se apagaron.
Y la persigné con tres besos
y vi lágrimas y sangre
en la tierra de las raíces de una lanza
y dije amén llorando
y no sé qué hubo en ella después de mí.
Y estoy llorando y escribiendo su residuo.




5.

Si tuviera
podríamos cambiar de religión
meternos en un barril lleno de aceite
aprender el lenguaje de las flores
saber cómo se llora en marte.
No sé cómo se fundan
las cosas importantes como ésa.
Y hay tantas otras cosas más
que ignoro
No sé cómo se evita emborracharse
cómo sueñan el amor los sacerdotes
por qué se suicidan
los insectos.
(Ahora me doy cuenta
de que la naturaleza no estaba
preparada para los
inexpugnables faroles)
No tengo religión
pero quisiera cambiar de algo
de verdad podríamos hacerlo
¿Quién inventa las cosas importantes
Quién anda instituyendo los profetas
Quién decidió las alas del gusano?
¿y el instinto de beso en los sonidos?
No es que quiera
cambiarme las desconocidas raíces
Es que contigo podría hacer un viaje
por el polen, arrojarme a un cielo
subalterno por la boca de un sapo
enamorado. Remontarme por el aire
con mis párpados por únicas alas.
Derrotar todos los dogmas de la
arquitectura universal.
Podríamos invitar a un ateo
imaginario a fusilarnos con burbujas
de sonido hasta dejarnos huecos
como una llama.
O hacer un viaje por el rezo. Para
eso sería necesario que nos escondiéramos
en un molino apretando los dientes
para no gritar cuando la piedra nos
enreda con la harina. Nuestras
manos juntas serán el mismo grano
después tal vez nos harían pan
lingote cereal, ladrillo, altar
del hambre y con forma de
luna un poco amapolada
en alguna suburbana iglesia
nos repartirían. Tal vez nos
tocará esa vieja, la que reza
casi con afán. Descenderemos
por su esófago (sabremos
casi algo de los hormigueros)
y veremos el corazón de la fe
el pabilo que sostiene historias
el pedestal de tantas guerras.
Después, un poco como los feligreses
saldremos del recinto sagrado
y nos dirigiremos a los andenes
suburbiales empujados por
la corriente de la derrota.
Allí habrá un túnel mucho
más oscuro.
La salida será lo más difícil.
Creo que prefiero no cambiar de
religión, quedarme con mis palomas
y mis trasnoches de páginas.




6.

Quisiera cada gesto innumerable de las
moscas
cada mínimo amor de este planeta
cada polen de arroz
cada hormiguero
cada lluvia que se enguanta por la tierra
cada rayo de luna en el océano
cada faro derretido bajo el agua
la hondura total de las insondables cuevas
cada beso fugaz de cada boca
cada constelación de saliva que destella
cada arruga dactilar
en las piedras colosales de las cordilleras
cada rayo cayendo cada brasa
cada escama de ceniza cada huella
el número total del desarrollo
la molienda de las olas, cada ala
cada cosa en fin para ponerla
desnuda e infinita como harina
en tu cuerpo y tu alma y en tus piernas
en tu memoria hasta el éxtasis que huye
y se agazapa
a cada gramo cada instante de tu vida
para que sepas el completo abecedario
de planetas de sal y de rugidos
de gemidos de galope y de colmena
con que junto a tu nombre catarata
construyo el del amor como alfarero
sideral en esta pieza.




7.

Esta noche la música se arrastra pesada y resbalosa como un
tul que arrolla. Ésta es música recién descubierta, no se copia de su
propio nombre. Nadie podrá recogerla.




8.

En los suburbios laterales de esta noche, corren ríos subterráneos del
silencio. El silencio está constelado de grillos, o de chispas sonoras
o de lluvia deletreada. Las cigarras chisporrotean, tal vez titilan.
La música impregna el aire, como un aroma melancólico.
Desde esta noche a mí no hay música. Lo sé. De mí
a la noche
yo escucho la música de esta noche. Pero no puedo estar seguro.
La música es mía. Pero tal vez no la ponga yo.




9.
EL CIEGO

Mira mis ojos
estos ojos te sostuvieron
sobre todas las noches
han sido gargantas
por donde he tragado
el mundo
como la lluvia
que se afina íntima
en los hormigueros.
¡Míralos!
estos ojos, estos
hormigueros
donde has sido lluvia
para la savia en que tú
hecha hiedra asumiste
vertical la soledad
de mis muros.
Estos como naves sin
horizonte como barcos
sin proa y sin espalda
aquí mi huerto
se amamantaba de
luna y tú eras.
Mírame los ojos por afuera
como iglesias cerradas
por adentro
Mírame los ojos,
míralo todo.
Ya el mundo rompe
como un mar inútilmente
sobre mi última mirada
infinita.
La lluvia ya siempre
llegará tarde a la tierra
envenenada por el vientre.




10.

Ven a vivirme, la soledad me amortaja
con manos deshabitadas.




11.

Y la noche mordiendo, encepando
ferozmente las sienes desesperadas
de la noche enloquecida




12.

Un relámpago de hiedra
Mi alma ha concluido
Fajado el corazón de un puño de angustia
Arranco de ti una paloma que parpadea y tirita
que agoniza y sangra de savia, desesperada de
ecos en sus alas, de alas en su corazón
Ésa es la patria
de mis sueños
Se han resumido allí.




13.

Soñé que me forraba un abrazo
y me desperté enmangando las fauces
de mi soledad




14.

Como un reloj de arena
la guitarra gutural de tu corazón
empuñado
en los tallos de tu
sangre
rema




15.

Así eras tú,
te bebías la mañana de las plazas
corriendo descalza
como una golondrina de oro.
Tenías una lámpara clavada en las
entrañas,
Y la turbia suavidad
de los tibios duraznos a la siesta
Eras así, amada.
Eso era lo que más me gustaba de ti: que
tú eras tú y que yo te amaba
Y a veces una ternura de mirarte
emergía desde el alma
y me alertaba la carne.
Así eras tú rutinaria
y fresca y nueva y necesaria
como la mañana
Y tu mano cotidiana
como un gorrión adormecido en la ventana
en un rincón de la mía
se acurrucaba.
Tu beso silvestre como el de las abejas
en las plantas
recolectaba el polen de los sueños
con ingenuidad de niño que rezara.
Y tú tenías Dios y me contabas
todas las mañanas
que le rezabas que nos conservara.
Enjugabas tus ojos con silencio
y me mirabas
y enjuagabas tus manos en tu pelo
porque tú sabías que me gustaba.
Pero a veces te escondías detrás de tu
mirada
con recelo de paloma algo asustada
y ya ni la mañana te podía
hacer dorada
porque eras una ventana
obsesivamente cerrada y clausurada.
Las noches de esos días, amor mío
yo rezaba como tú rezabas
(todavía rezo a veces, cuando te recuerdo)




16.

A la hora de recordarte, acomodo las mejores cosas
sobre tu nombre, para poder pensarte.
Alguna vez no fuiste muy hermosa, pero te
agregué tu propia belleza,
ya la había aprendido de ti,
¿qué importaba que un día no fueras hermosa?
Yo te amaba tibiamente,
como esas cosas que se hacen fácilmente
como ser de una manera o estar en silencio
o rezar.
Desde ti emergía un túnel para
que los húmedos murciélagos no
interrumpieran palomas.
Todo lo tenías de alguna manera,
como una ventana
y yo aprendí sobre tu cántaro
a callar
como contando lluvias
sobre el agua antigua que me remedaba
Podríamos habernos dado la mano
cotidiana
Y guardarnos toda la inmensa mañana
de las plazas
Todo se volvía fácil contigo
como descifrar la música ignota sobre un
piano laberinto, y la adivinábamos.
Podríamos habernos mirado ritualmente
y como constantes extraños cada vez menos extraños
Podríamos habernos amado al margen de las
cosas que envejecen
Habernos abonado al silencio
como a un lento país donde no hay lejanía
para las palabras en voz baja.
Podríamos haber callado con el mismo silencio
Pero buscamos la forma de recordarnos
tristemente.
Por eso a la hora de recordarte,
busco las cosas de mi tristeza
y te construyo fácilmente como eras.




17.

Cuántas cosas dejo
yo para alcanzarte,
cuánto hay que pierdo
yo para ganarte;
yo gané perder
lo que pierdo al tomarte.
Cuántas cosas tuve,
muchas, que no tengo,
cuántas que por ti
día a día pierdo.
Cuántas cosas, muchas
infinitas, dejo,
sin embargo gano
en ti, el mundo entero.




18.

Si estuviera untando tu boca
vendrían a mullirse los himnos
en la mía
mientras deletreara cada hebra de tu
pelo distraídamente
y recorrieran mis concavidades
las esquirlas del escalofrío como
una tormenta de arena
y hundiera en tu tinta
todo el secreto de mi silencio
con mi pluma, soñando con un
luego, en que me dieras a leer una
carta de amor, pequeña
con mis palabras
tu conciencia
de papel.
la tinta derramada
y tus laberintos de papel
tú y yo
y la oscuridad de tus
túneles riando como
un canto hacia
la mañana




19.

y se están ahogando de cielo
y el cíclope del sol
no les sirva de isla
¿Cómo llover hacia ellas
y decirles que no sé qué quieren?



y el viento es un galeote eterno
es un buey
y los barcos de música
van por tierra
(porque se han vuelto nubes)
y son como los peces del alma
que se sacrifica al cantar.
Han muerto fuera (del agua a su manera)
Alguien pensará que quieren
agitar el cielo.
Yo no puedo salvar las nubes.
si yo fuese una nube
tal vez comprendiera
qué les pasa ahora
Pero veo nubes y no sé si son pájaros
disueltos
Animales asustados o el alma del
mar que acaba de morir y
no lo sé.
Y no puedo pensarles maneras o gestos
y no sé dónde temer o apiadarme de
sus ojos.
Quizá quiera curarlas cuando llueve
o crea que sonríen,
Donde tiene la sangre del viento corazón




20.

Para pensar en ti,
clausuro una a una las palabras viejas
inauguro algún silencio sobre las cosas nuevas
y acomodo los nombres,
Tú tienes el pelo como infinitas
guitarras relajadas
como lacios y tibios violines de
mañana
con el flojo vuelo de las gaviotas
dormidas
y la silvestre hebra de los helechos
o el musgo de las piedras
Te acorralo contra el sueño, dulcemente
y una mano se acurruca en una mano
y la otra enjuaga la ternura
en tu pelo como el tuyo.
Azul y dorada te pareces a la
primera mañana.
Eres lo que me faltaba para ser nosotros.
por eso tu nombre es el tú que me faltaba
por eso te pareces a mi alma.




21.

La noche rompe contra
los muros de tu carne
con fragor y ritmo de molino
roto
y obcecación de ariete en la hora
ciega
y latido de pájaro en la estrella
que tiembla
La noche te embiste
como un toro rabiosa
y quieta como la
caricia que apacigua
en la mano cautelosa.
Y se alza todo tu horizonte
lateral y valiente
con los animales de mi mente
pululándote la catacumba
de la vena donde el remero
de rito acarrea un relámpago
apretado.




22.

Cuando hay bocas eternos
diapasones de silencio
que nos callan,
(porque una vez nos dijeron)
cuando hay labios
con los vientres del beso secos.
, porque siempre en las bocas
chorrea un beso
y hay miles clausurados en las
horas porque nadie los fue a buscar;
porque el beso es un nosotros de
labios
y si falta una boca hay un yo solitario.




23.

Tú no sabes cómo sólo tengo la luz

*

De tu noche sólo tengo lo que escribo.

*

Lloré que todo lo veía con hache.




24.

Los gritos del silencio remansan
aullándome esta noche
mis ojos abejas de los tuyos
han perdido tus jardines
Tengo el alma llena de miel
con tu sabor.
Mi alma se ensancha
y se vuelca por el silencio
El polen de esta noche rocía
sobre mis techos
El silencio crece en las voces
ajenas
(por mi espejismo de tus cosas)
El durazno de mi corazón ha madurado
y va a caer por mi boca
como tantos hijos tuyos no sidos
mis pasos corazonan por la sangre
de las calles
Y en los suburbios de mi sangre
alumbra un sabor a música
con el gesto de tus ojos
Los peces de mi alma se
enredan en el musgo de mis
tantas horas calladas
Y las abejas de mis ojos
Y las abejas de mis manos
y las abejas de mi alma
ahogadas de miel te han perdido
(colmena mía del corazón
de casa)
basta tu silencio para
el silencio
basta tu ausencia para
la soledad
Tú de la sangre peregrina del
eterno horizonte
como el eterno rumbo de
un anillo
Has dejado la misa de tu imagen
constantemente consagrada
(colmena mía) déjame guardar
tu polen que aunque no quiera
queda conmigo




25.

Busco la poesía ansiosamente
hachando rostros con desenfreno de molino
roto.
Muerdo la palabra hasta hacer sangrar
su cosa
y la mañana me entra por la boca y se
vuelve tarde agonizada en el sótano del alma.
Quiero descifrar la hebra del
vuelo de las aves y los ojos se anudan
y creo la palabra sin cosa
y un nombre sin rostro
y entre la tarde dorada y yo
pongo melancólicas y afónicas ventanas de lisiado
y digo que la tarde tiene olor azul
y ruido de ojo ciego
y olvido tus ojos que no son de uva
y tu pelo
— donde enjuago la tibieza de una
caricia ingenua y simple)
digo que es chorro o hebra de
música caliente.
Y el corazón hace un buche de música
caliente y dulcísima
y callo y acurruco tu mano en una
mano,
te miro al polen de los ojos
como una abeja
y vuelvo a callar
y te digo luego que te quiero
y la poesía pasa a mi lado
líquida y silvestre
y yo muerdo troncos secos
para beber la savia.




26.

Al borde de tu arena revolotean los molinos
de las olas
como alas o ecos de corazón
Las gaviotas del beso triscan la espuma
Ah! las caricias como alas en descanso
o barcos dormidos
Hacia las piedras terribles se
acantilan rumbos
como pupilas de balcones
Y ya no me importa nada
borracho de un orgasmo de música
en el alma
morderé corales
como empuñando tras la sed
mangos de agua en la garganta.
estás llena de perfume
como respuesta al rocío —
cerrarte un candado en mi silencio
como un silencio alrededor de un tímpano
enguanta astas en un bolsillo
de mar




27.

Un día voy a gritar sobre tus ojos, y clavaré la
antorcha de mi voz sobre tu alma
Callaré tu sólo silencio rectilíneo
y amordazaré las sombras con la eterna mañana.




28.

Me gusta morder las vísceras de tu alma
por tus ojos de uva o charco sobre el barro
porque son túneles que dan a un templo oscuro
con sabor de silencio y ruido de sombras.
Yo me siento al eco hondo de pájaros
y los rostros cotidianos enfrentados
con el gesto arbitrario en los amigos
en el fondo del secreto dan las manos.
Tú reemplazas palabras que no dicen cosas
siglos de sombras amordazadas con antorchas
nombres que son rostros olvidados poco a poco
y te abres adelante inexorable y única
como un sendero no tramado
que no sorprende al sueño y que se parece al alma




29.

Voy a buscarte
donde puedo mirarte varias
veces en el mismo instante
Donde puedo contemplarte horas
sin que tu momento se inquiete
en la corriente de esas horas
y me estucho en mis recuerdos
e ignoro qué luz visita mis
ojos abiertos
en qué frío me desvisto de mi
desnudez sin fuegos y sin hielo
mientras soy un trago de
mi propia hambre
y en el estómago de la
mente me disuelvo
y reconstruyo mi antes gastado o
cambiado
o me agrego a mí en un día ese día
imposible de ser
y visito mis ojos visitados por ti
Allí tú eres como fuiste.
tu imagen se enganchó
como el musgo en las piedras
y te caíste de las horas,
o yo fui goteando migas
de donde puedes estar en mí
para tenerte en uno solo, en
todos tus minutos.
Tus imágenes son quietas y
duras.
Las horas pasaron como las olas
y tu presente y mi conciencia
de ti viajaron en pos de la siempre hora
nueva, como el agua recorrida
por la onda,
Y voy eligiendo entre las
gotas de tu rastro revisando
pie por pie hasta llegar
al beso que aún no se secó
a la puerta que se impone
como yéndome a buscar al
fondo de mi enmimismamiento
o que a mi súbita estación en
mí durante el momento
que será pasado está sin principio,
por la que te has ido
como todos los días y desde
la que empiezo solo y me alegro
de nuestra realidad
Y me vuelvo a hundir a bucear
las imágenes que viven en los
juntos.
y empiezo a extrañarte,
e intento traerte y meto
las manos en el agua
y el agua me da la respuesta
de su carne vacía de ti
que te desordenas en ella como
las cosas a través de las llamas
y no puedo atraparte
y mis manos son jaulas de leones
y puedes irte como un gorrión
cansada de tu curiosidad
y dejarme con mi impotencia
de caja para encerrar la luz
fantástica entre mis dedos de piedra
con mi impotencia de caja
para vaciarme del vacío de ti
que me llena como la oscuri-
dad de una caja cerrada.




30.
A UNA CHICA EN EL TREN

En las tardes tristes
tu cara segrega una paz infinita
Basta esta sola vez de tu rostro
para amar tu gesto de nostalgia.
No puedo jurarte un recuerdo para siempre.
Pero si olvido cómo y cuándo,
a veces ignoraré que esta sensación de piedad te pertenece.
Ante tu tristeza abierta y franca
mi rito de alegría se envenena.
suicidaré mi sonrisa y lloraré contigo
después de haber contado
los rostros del recuerdo que no pudieron hacerme
llorar.
Porque esta impotencia de tristeza
me aquieta las horas
como una manera de vivir de menos.




31.

Me gustan tus ojos de música
congelada,
lentos como la tristeza
al otro lado de las botellas
me gustan tus ojos de cenicero y sagrario
donde se acantilan palomas de
preguntas que no vuelven
de los finales del diluvio
me gustan y amo tus ojos
de túneles clavados a tu alma
de grutas donde tantear el
silencio que te ocupa
como los grillos primeros, cautelosos
luego de la lluvia.
me gustan tus ojos de reloj
detenidos en la hora eterna
que no lleva la cuenta
de las cosas que pasan.
me gustan tus ojos como
rodajas de uvas negras




32.

se ha roto la sangre, la sangre de mi grito
el alarido de mi sangre.
El sol se ha secado y en el suelo están los
escombros de la sangre.
Tú no viniste a beber el pájaro del grito
no vienes a recoger las plumas astilladas.
la sangre se ha quebrado
hay arena en la columna de la sangre
y el yesero se derrite con el agua del viejo
sol ya seco.
Ya no podrás recoger la luz de las palabras,
la vela del alma consumida
salpica mi cadáver
y la espuma seca como el sol
seco no alumbra
de palabras




33.

Beberé telares de la música
cuando pueble tu risa
como un pájaro cansado.
Ah!, el piano de larga espera
como la tierra, como tu risa,
lloveré, la mano multiplicada
a remar
en tu paloma de sangre
soledad para llegar
Todos tenemos una soledad para
cada viajero.
A caer cansado con el ciego
a despertar en la raíz, mano de sed,
del árbol del sueño sin despertar.
Sólo "escalera que sólo sube"
Cómo detenerme
si la sangre me sigue a paso
de campana
A ti, soy
infinitos, existimos en los espejos
enfrentados
pero ser al otro lado
al otro lado imposible inimposible de un espejo.
Ah! estarnos risa a risa
como los locos,
tal vez en la locura no nos sepamos
juntos ni sernos testigos de la propia
locura.




34.

Aquí estoy amiga
levantado ante tu espacio
tanteándote el silencio.
La hora sube de la distancia
y tú bajas al verso.




35.

Paso a recoger tu hermosura.
Cuando yo te miro eres hermosa.
El mundo no tiene mis ojos.
sólo cuando yo te miro eres hermosa.




36.

Perdóname que no sea un poeta
pero te quiero todo lo que te escribo, como
si lo fuera.




37.

La lluvia trota
como corazonando en la sangre
del carro de las horas.
La lluvia estrella el firmamento de mi silencio
El corazón deshilacha el sendero de la sangre.
tú detienes el tiempo de la sangre
para que pueda volver a empezar.
y allí chapotean los últimos párpados.
Hay muchos pájaros derretidos en el viento
en el viento de la sangre,
no importan
hay alas que se reiteran en el pecho los pájaros.
y la savia empecinada que tropieza
los árboles de las manos vociferan su crispación
en el viento
y las raíces son manos acandadadas en mí
ya el ariete testarudo, propio corazón.
como el mar contra los muros.
barcas sueltas
musgos rotos
algas muertas
tallos hondos.
el silencio sangra
tu silencio sangra
guardas ecos de la espada
y devolverás las palabras
y yo mientras escucho
cómo el perfume
gotea de las hojas
cómo tus ojos
emiten un arco
iris
cómo un
himno arderá con el fuego
eterno que encofran las cenizas




38.

En el fragor de la tristeza lenta y tibia
suelo llorar y nombrarte,
y agitar los brazos de mi corazón
como las hélices de un molino borracho
de tormenta,
o una golondrina cansada, en el
medio del mar.
La pena y la noche me llegan al
cuello
y nado para llegar al otro lado de la
noche,
con el silencio clavado en medio
de tu rostro.
nado como solía algunas tardes
nadar en tu boca en el pájaro
nuevo del beso que aprendía a volar
Si tú supieras lo que es cruzar
ciego y a tientas los inmensos
territorios de silencio y de soledad,
por las noches sin luna y sin barandas,
mordiendo los ojos con los párpados
apretados de fervor sin fe
y las manos cerradas sobre el lugar
que dejaron las tuyas,
y el nombre tuyo dicho a veces
ronca e inconscientemente
como si susurrara: Dios mío.
Te quiero, lejana y cada vez más
olvido,
porque el rito de empozarme en la
tristeza es un calvario cotidiano
de las noches,
en que no puedo quererte
sin nombrarte.
Te amo y te odio,
cuando eres lejana y necesaria.
Y sobre las cenizas de la locura de
la noche triste
me alzo contra el alba,
salvado porque siempre el
sol llega antes de la muerte
con tu imagen en los ojos
ya secos y abiertos, contra
la cosa última.
Ese frío no me alcanza,
pero algunas veces en el fragor
de las noches tristes me entra frío por la
boca, como a los peces,
cuando te nombro para asirme de tu
nombre y embastonar tu recuerdo
para no morir náufrago
de la noche




39.

A veces me hablan de ti, pequeña mía
y yo no sé qué decir...
Por eso ahora quiero decirte algo.
¡Olvídame! es necesario
desde el nosotros bifurcado.
Pero olvídame sin quitar mi nombre
de las cosas
Olvídame sin olvido
porque morirías en parte
si llegaras a ignorarme
Olvídame que te encontrarás sin buscarte,
esperándote en la hora en que tu soledad
te dejó sola.
Y podrás estar sola casi igual que antes,
pero será más solitario
porque recordarás.
Yo no haré lo mismo,
Ya no puedo encontrarme,
sólo recogeré tu nombre tu rostro y las
mejores veces
Y me iré a jugar contigo al sueño
Y tal vez te guarde tal vez en el rencor.
Pero, escúchame bien:
no es necesario trocarme por mentiras
Seguirás siendo paloma y necesaria,
y azul y mañana y dorada y descalza,
pero ya no serás ritual y diaria y nueva
como el alba,
y el hábito aprendido de tu mano y de tu nombre
será sólo manera de otro
nombre y otra mano para mi costado.
Ésta es mi manera de olvidarte.
Pero esto, no debes olvidarlo:
En mi olvido serás reemplazada,
serán mejores que tú y más nuevas
y costumbres, pero si hubieras querido
Podrías haber sido
todos los nombres y las manos de
mi costado, y mejor que tú misma,
tú sin olvido y sin pasado, pasado.




40.

Amada mía
la tarde está amarilla y desteñida
pálida y raída
como los ojos previos a la muerte — casi abandona-
dos.
Anoche, la noche me estrangulaba,
y tú no estabas
porque otras veces duermo con una víspera
en la mañana
pero anoche lloré.
Todo se prolonga lento,
sólo es diferente la hora de los otros
y el silencio verdadero más el mío, por las
noches.
He dejado el alma en un cepo indescifrable,
y suelo caminar solo algunas noches,
con la sombra acorralada por las luces
más agobiada y más harapo
con los pasos roncos de baldosas, pesados
y rastreros,
Todo te recuerda,
o acaso sea esta manera de las cosas
mientras yo escarbo tu recuerdo urgente
como el alcohol ritual.
A veces tu recuerdo y el silencio crecen
como un eco sucesivo
esta tarde el sol y las palomas buenas
ya me llega al cuello.
Tienes algo de tarde postergada
en esta hora vacía de la tarde falsa.
Sí te amaba amada mía
y sólo queda
el fervor del sueño apretado como el ojo
credo
y la piedad del niño de las manos juntas
inocente o idiota como el quizá del rezo
de las tardes tristes y solas de recuerdo.
El sabor cotidiano y solo de los trenes
se adelgaza como un estrecho pasillo
perspectivo
Yo arrastro tu recuerdo
de palabra acobardada alguna tarde última
que quedó en el puño de la boca clausurada
como el miedo de descubrir la vanidad de
un ruego
Los gorriones son iguales aquí en la soledad
y en tus mañanas
El rito de las tardes es un hábito del sol y no
una espera
Yo sé que la tristeza es un país transitorio
entre dos rostros y dos nombres
Pero ¡qué importa un nombre posterior a esta
tristeza de no tener tu rostro
sino para las tardes de gorriones iguales
y de recuerdo cada vez más olvido!
¡Qué importa un nombre que no sé decir
y que es sólo un hueco con tu voz hecha
silencio a mi costado!
Qué importa la libertad del olvido
conseguido si esta tarde tus veces
más intensas que otras veces de la
tristeza solitaria
me aprieta desde el último atrás
como la soledad de un
único atroz sobreviviente.




41.

Pienso en ti y te acerco a tus
instantes.
Te ignoro y sé sólo cómo fuiste
ignoro cómo eres pero sé cómo te sé
y sé cómo quisiera que fueras
y cómo voy queriendo que seas como eres.

Creo en ti, porque guardo un rastro que
sangraste
sobre mí
porque tuve la noche
y ya no es mía
porque te has acumulado en mis abrazos
antes despoblados
porque he vaciado el vacío de tu abrazo
más hondo que tus brazos
porque ya no te espero
porque ya no vendrás
y no estoy triste
y no estoy solo
y no solamente no estoy solo
sino que me escuchas
y tienes lo que quiero que tú quieres
y quiero lo que sé que tengo




42.

Escribía palabras sencillas de tus cosas fáciles
hoy, tal vez porque ya no tengo cosas
escribo palabras oscuras.




43.

Somos palabras y así nos acepto
pero ahora mezclémonos las manos
subterráneas del silencio




44.

Con el canto de mis manos te iba haciendo estelas
en el silencio de tu piel como la tarde




45.

Porque es mucho más lo que te vas
que lo que yo te quedo
(¿cómo podría serte nunca mejor con el
pensamiento?)
y sin embargo te quedo mucho más
porque es mucho más lo que me quedo
que lo que tú me puedes llevar
porque hay algo que nos vivimos
más allá del espacio
pero el tiempo nos acorrala en la realidad
la distancia nos destierra de las ocasiones
pero nos queda
mucho más aún de lo que estamos
como en el silencio laten las palabras
y crecen el infinito
que no nos cabe en la garganta.




46.

Para irme todos los barriletes de tu piel vivida de silencio
Para callarme todos los regresos que vengo por tus manos
tus manos de raíz
como la lluvia a las raíces
Para caerme por tus ojos como el verano se agrega a la
tierra en la fruta derrotada
Para habitar tus acechos
enderezando los pasillos de tu sombra
con la mañana a los dos lados o una lámpara
clavada en el silencio
Para arrancarte el buzo de los ojos
y echar al viento todos los pájaros que hasta ahora
Soledad.




47.

Hoy que las venas se te caen por la boca
que serás una garza con la sangre de la
luna
mi corazón se vuelve de campana
y aunque mi tristeza se te
acerca donde
el sol te toca
levanto ya lograda, mi por fin mañana
y deshojo mis flores en tu risa una por una




48.

Y qué estamos dispuestos a decir
sino nuestros propios parapetos.
hacer un caracol de grito
y escondernos
topos en nuestra propia garganta indescifrable.
Y las cosas siguen en pie. fantasmas impalpables.
como asir las ideas con palabras.
Y las cosas siguen en pie —mientras haya
alguien que las piense—
(el pensamiento es una manera de existir que
no se repite)
Pero decimos diariamente como haciendo camino
hacia nosotros que nunca termina.




49.

Algún día conoceré tus pies.
ya no me extraviaré en tus abismos. conoceré tus
vertientes tus túneles tu soledad, tus pájaros muertos
las viejas ciudades los cementerios sin historias con
algún nombre tal vez de extraña lengua.
Algún día seré yo el pastor de tus ríos
de tu silencio.
remaré todos
tus vientos
me habré lavado
tantos rostros de las manos
tanto habrán masticado mis dedos el musgo de tu
pelo.
tantas veces te habré viajado y guardado el barco errante
en tus guaridas
y el ancla y la savia y el Este en tu luna invadida
y despertada en la marea.
Sí algún día conoceré tus pies sabré dormir mis cosas a la
sombra de todas las cosas.
y el silencio convocado en mi actitud de absoluto.
Sí es cierto, me faltará tu historia
pero ningún cerrojo tuyo me guardará un
nunca, habré vivido todos tus testimonios
y habré vuelto a tus pies como a la raíz
para arrancarme el viento de la boca
que me madura en la garganta frutal.




50.

Cuando el tortuoso pasadizo de la sangre
empecina el peregrino silbido del silencio
y como un remero sin fatiga
tu pájaro soltado a travesía
vuelve por la soledad de tantos días
como un barco ahorcado mar adentro
te parecerás un poco en eso a mí
que antes, tal vez de tu abandono
te escribo mi dolor y te lo dejo.


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Mensaje por Jorge Lemoine y Bosshardt Vie Ene 28, 2011 4:57 am

Continúan los poemas, Dios mediante.


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